Más cámaras, Menos sorpresas
El film de Tod Williams no atrapa como el anterior. La dosis documental en la manera de filmar se vuelve a repetir, así como gran cantidad de elementos (incluso actores). Podría leerse como un capítulo de una serie televisiva, pues su propuesta apenas se modifica de la otra. Si se hace así podría ser interesante, pero al ser hecha para cine las exigencias son diferentes y no satisfacen.
En esta oportunidad es una pareja con un niño (al principio recién nacido, luego ya de un año), la hija adolescente del marido y un perro los que viven en una casa habitada por presencias indeseables. Tras una serie de episodios extraños deciden colocar en todos los ambientes una cámara de seguridad. A través de esas cámaras y de (lo que simula ser) una filmadora casera manejada por los protagonistas accedemos a los distintos sucesos.
Una puerta que se abría sola en el medio de la noche, sombras de personas que nunca se veían, ruidos de origen desconocido eran las situaciones que revelaban presencias desconocidas en la casa habitada por la pareja en Actividad Paranormal (Paranormal Activity, 2007). Y todas ellas eran imprevistas. Dado que el espectador de esta nueva película ya estaría familiarizado con estos recursos es esperable que en su afán por producir emociones perturbadoras la secuela del film incursione en nuevas ideas, para que justamente no nos sea posible adelantarnos a lo que va a pasar. Esto, lamentablemente, no sucede, y así se pierde un factor imprescindible del que se valía su antecesora: la sorpresa.
Se podría afirmar que Actividad Paranormal 2 (Paranormal Activity 2, 2010) puede ganar a un espectador desprevenido que no conozca la original, pero aún así tiene sus falencias. En primer lugar, la película intenta prepararnos con ciertos datos dispersos. Por ejemplo, el nombre del pequeño es Hunter, que en inglés significa cazador, del verbo “hunt”: perseguir, cazar. Los espíritus obviamente irán tras este. Estos indicios sumado a los momentos atemorizantes tardan en llegar hacen que lleguemos más prevenidos hacia ellas y también más aburridos. La película apela entonces más a nuestra ansiedad que a otra cosa, lo cual no está mal pero con esto sólo no se sostiene un film que se comercializa con otras intenciones. A pesar de los intentos por hacer una película de terror psicológico la idea general es que una familia feliz se ve amenazada por factores paranormales y cómo esto afecta a cada miembro.
Esta segunda parte presenta un caso nuevo, en un espacio distinto, con más personajes y con otra puesta de cámaras, pero la diferencia sólo parece apostar a estos detalles, ya que por lo que a efectos respecta la originalidad, repentinamente, desapareció. En cierta forma, parece quedar al descubierto las verdaderas intenciones del film: volver a repetir la suerte de la original, o sea, recaudar mucho con poca inversión.