En 2011 si el género del terror no se va al descenso; como mínimo juega la promoción. Habida cuenta de la cantidad de estrenos en el año, Actividad Paranormal 3 estaría sumando un par de puntos para evitar que este tipo de películas juegue directamente en otra categoría.
Se ha perdido originalidad, tratamiento narrativo, estética y lo peor de todo, se ha perdido el condimento fundamental: la capacidad para llegar al verosímil. Ni siquiera los viejos maestros han sabido reinventarse o al menos reciclarse acorde a esta época tales los casos de John Carpenter y George A. Romero con Atrapada y La Reencarnación de los Muertos respectivamente. Irónico teniendo en cuenta que lo mejor de esta temporada vino de la mano de una especialidad de ambos: las secuelas.
Scream 4 es ver un divertido diccionario enciclopédico del género y Destino Final 5 no sólo es una de las mejores de la serie; sino también una de las que entendió a la perfección el concepto de saga con un guión que en el final se aferraba al origen para cerrar todos los cabos desde la primera en adelante. Finalmente, La casa muda ofreció, con dos pesos con cincuenta, algo bastante novedoso de guión aceptable y con sustos genuinos no provocados por un “chan” de la banda de sonido.
Entretanto, a los amantes de este género, 2011 (por ponerle una figura) nos hizo sufrir películas mediocres como El Rito, Piraña 3D, La Noche del Demonio y la remake de La Hora del Espanto o directamente desastres mal hechos como Apollo 18, No le Temas a la Oscuridad, La Oscuridad y Detrás de las Paredes.
Se imagina que entrar a ver la decimosexta de terror del año no era nada alentador factor que, por carácter de oposición, suele funcionar al revés dándose el siguiente “axioma”: si entra a la sala para ver un desastre, es probable que no sea tan mala.
El guión de Actividad Paranormal 3 fue escrito por la misma gente de las anteriores, Oren Peli y Chris Landon. Los dos sabían bien una cosa: si seguían por el camino de la segunda parte, la fórmula se caía a pedazos. Por eso retrocedieron en el tiempo estableciendo un parámetro visual fundamental que redobla la apuesta: la tecnología.
Es mucho el hincapié que se hace en el manejo del VHS de la época como para ser sólo un detalle de rigor histórico. Y es que lo insinuado funciona mejor que lo explícito por lo tanto ahí estaba yo lidiando con las “filmaciones de calidad inferior”, para tratar de entender qué pasaba mientras el miedo iba ganando terreno.
Luego de una introducción en la cual los viejos videocasetes son encontrados, los guionistas encuentran una buena justificación para explicar la presencia de tantas cámaras en una casa alegando que el jefe de la familia se dedicaba a filmar casamientos, eventos y demás. A partir de poner “play”, la película se ubica en la década del ochenta y repite la misma estructura pero con Katie y Kristi cuando eran chicas (bien dirigidas las dos nenas Chloe Csengery y Jessica Tyler Brown). Las cámaras instaladas volverán a registrar la paranormalidad y lo harán saltar de la butaca más de una vez. No hace falta decir más de la historia. Los directores de Catfish, Henry Joost y Ariel Schulman se las arreglaron para dejar su sello lo cual es bastante difícil cuando se entra a un formato que ya funciona.
La trama es bastante simple y ciertamente puede ir cualquier espectador a verla sin necesidad de recurrir a las anteriores o sea, sí: es la tercera parte, pero puede funcionar por mérito propio. Hay dos o tres momentos (de esos en los que se pudre todo) que realmente están muy bien logrados merced al clima opresivo y asfixiante provocado por la supuesta “realidad” que estamos viendo.
Si viene tan decepcionado del género como yo Actividad Paranormal es una suerte de placebo que funcionará bien mientras esperamos algo que salve el año.