Lo que no se ve (o por qué defiendo a Actividad paranormal)
La saga de películas de Actividad paranormal iniciada en 2007 por el film de Oren Peli, es un caso atípico dentro del panorama del cine de terror de la última década. En principio por la cantidad de particularidades que la definen y la diferencian de casi todo lo que se hace en el género en todas sus sub-categorías y presupuestos.
Se suele incluir a Actividad paranormal dentro del subgénero de “falsos documentales de terror”. Grupo que integran propuestas bastante diferentes entre sí, como Holocausto caníbal, El proyecto Blair Witch, la saga de REC, El diario de los muertos, Cloverfield, Apollo 18 o las menos conocidas (y no estrenadas en la Argentina) Lake mungo, Poughkeepsie tapes, Behind the mask. Para ser más exactos se podría diferenciar a aquellas películas que efectivamente están construidas como documentales, es decir, bajo ciertas convenciones y estructuras de este tipo de films, y las que, por otro lado, plantean ser “found footage”, o mejor, material encontrado y crudo acerca de sucesos supuestamente reales que por arte de magia se estrenan comercialmente en masivas salas de cine. Esta clase de manejo publicitario funcionó muy bien para El proyecto Blair Witch hace 10 años. Sin embargo, el gancho de Actividad paranormal pasa por otro lado, ya no quedan demasiados incautos que crean que lo que están viendo, por más crudo que luzca, sea verdad. Su atractivo radica en su efectismo y efectividad.
Para los que no conocen de qué va la cosa, las tres películas de Actividad paranormal tratan sobre grupos familiares (ok una pareja en la primera, familias en las otras dos) en los cuales uno de sus miembros tiene experiencias paranormales y, por lo tanto, otro de sus miembros (generalmente varones que, convenientemente, gustan de jugar con cámaras de video) decide filmar continuamente su casa para ver qué sucede cuando ellos no están viendo. Así estructurados los films, estaremos durante mucho tiempo ante material de descarte: personas durmiendo, habitaciones en las cuales no sucede nada en serio, filmaciones caseras de cumpleaños o cualquier ocasión común en la que sea verosímil tener una cámara cerca, y también unos cuantos momentos que rayan la ridiculez. Por ejemplo: largos planos-secuencia de gente escapando del peligro que ¡jamás suelta la cámara! ¡Y en el caso de Actividad paranormal 3, que transcurre en 1988, estamos hablando de ¡enormes cámara VHS!
En Actividad paranormal 3 específicamente, se vuelve a apostar por la generación de climas. Siempre se trata de la dosificación y el pulso de quien la dirige. En este caso, Henry Joost y Ariel Schulman han entendido cómo hacerlo nuevamente. Entonces todo lo que parece que nada contribuye a la historia, está puesto en función del desarrollo paulatino de un enrarecimiento del ambiente, que en los tramos finales es tan tenso que los sustos, y en algunos casos, el verdadero miedo, son incontenibles. Hay una apuesta constante a la utilización del fuera campo, como cuando Lovecraft nos despistaba (o nos aterrorizaba mas) diciéndonos que algo era tan terrorífico que no se podía describir o decir. Hay una excelente idea de una cámara montada sobre un ventilador oscilante que genera un juego de campo-contracampo tan efectivo y terrorífico, que de por sí vale para la valoración positiva de Actividad paranormal.
En lo que respecta al contenido cabe decir que si Actividad paranormal 2 engordaba y daba un giro sobre los acontecimientos de la primera parte, esta tercera se ocupa de desarrollar un poco más el origen de estos personajes y sus circunstancias. Pero todo esto se pierde ante el golpe de efecto y el clima de pesadilla que es lo realmente atractivo del film.
Actividad paranormal 3 dejará a una parte del público aburrida e indiferente, pero a la otra la dejará realmente asustada y sugestionada. Tiene un gran merito al ocuparse de lo que no se ve: los terrores ocultos, en la sutileza del aire, allí donde no hay nada, podría haber un ser maligno con el poder de matarnos no sin antes aterrorizarnos de la peor manera posible. Si va a ser a así, mejor que haya cámaras para que nos crean después.