El origen de todos los males
Cómo comenzó la saga de terror.
La tercera película de Actividad paranormal ofrece más de lo mismo -cámaras, supuestamente caseras, intentando captar fenómenos extraños- y un módico plus: dos o tres secuencias que estremecen y la revelación de cómo empezó todo. El terror de interiores transcurre, en este caso, en dos casas, en 1988, con dos de las personajes de las anteriores películas (las hermanas Katie y Kristie) durante su infancia.
En la primera película, en la que el realizador Oren Peli gastó 15.000 dólares y recaudó 190 millones, Katie (adulta) y su novio Micah utilizaban una cámara sofisticada para filmar lo que ocurría mientras dormían. En la segunda, más inverosímil, dirigida por Tod Williams, Kristie y su marido tenían un bebé, una mucama latina y un perro -que parecían comprender lo que pasaba- y cámaras de seguridad que registraban distintas habitaciones (no se aclaraba quién había realizado el montaje de lo que veíamos en pantalla).
En esta tercera parte, que retrocede hasta la época del VHS, los directores son Ariel Schulman y Henry Joost (autores del documental ¿o docuficción? Catfish , un muy buen filme, no estrenado en la Argentina). Es claro que, encorsetados por el recurso -ya muy gastado- que inició El proyecto Blair Witch , intentaron incluir toques creativos y al mismo tiempo austeros: desde un amague de filmación de sexo casero entre los padres de las nenas, hasta alguna secuencia sobrenatural que causa impacto.
La justificación, o el intento de justificación, a tanta cámara grabando adentro de la casa es que el padre de las hermanitas trabaja filmando fiestas de casamiento y es un fanático de las nuevas tecnologías de entonces, antiquísimas ahora. Para lograr que una cámara filme haciendo un barrido, el hombre necesita, por ejemplo, desarmar un ventilador y montarla sobre el mecanismo giratorio. Una metáfora de lo que procura esta secuela: intentar hacerse fuerte en lo artesanal, lo atado con alambres.
Si bien lo siniestro sigue estando fuera de campo (y cierto tedio, dentro), Actividad paranormal 3 deja en claro cómo se originaron las tragedias que vendrían después. Lo raro, aunque no imposible, es que Katie y Kristie no vayan a recordar -en el futuro adulto- lo que les ocurre en este filme. También hace ruido que no se sepa, como en el filme anterior, quién editó lo grabado y para qué. En este punto, hablamos de un verosímil agotado, que tal vez ya no les importe ni a los directores ni a los fanáticos. Sólo a estos últimos se les aconseja pagar entrada para ver la nueva película.