Un festival de sustos. Si la primera causó sensación, con muy poco y la saga cosechó adeptos incondicionales, esta cuarta entrega tiene sobresaltos desde un comienzo y así continúa, aunque la trama no se sostenga y tenga como finalidad la sucesión de mieditos: cuchillos que vuelan, cuerpos que se elevan, niñito casi ahogado, niñito poseído. Sólo para adictos al género.