Ninguna maldición es eterna
La cuestión de una fórmula es que para repetirla hasta el hartazgo hay que atenerse a su base formal ¿Por qué arrancar diciendo esto sobre Actividad paranormal 4, una película tan mediocre como innecesaria? Porque aquí se demuestra cómo en la repetición comienzan a aparecer algunas flaquezas que terminan por arruinar una saga que, desde la 3, venía con carencias que esta entrega termina de confirmar. La solidez de ese formato basado en la sugestión que habían sido las dos primeras partes cae, precisamente, por abandonar las posibilidades narrativas que entrega el found footage (esa especie de subgénero que ha obligado a más de uno a rever Holocausto caníbal). En algunos segmentos es sencillamente una película de terror filmada con técnicas que no tienen ningún sentido.
Veamos: en Actividad paranormal aparece un elemento voyeurista que se distingue en el registro de la privacidad. De esta forma, la generación Youtube encuentra un elemento cotidiano que los aterra en elementos tan comunes como los videos que suben a internet. El registro termina siendo el núcleo de la historia y el montaje de lo que sucede, la manipulación de los climas, de la tensión. En la 1 la premisa fluye a pesar de deficiencias técnicas y muestra las bases de la idea, en la 2 la solvencia técnica es superior pero el uso del montaje termina atentando en la idea de “registro casual” para obtener un enfoque más narrativo y en la 3 se repite el error de la 2, sumando la confusa existencia de un registro del registro y un final que daba respuestas que en verdad nunca eran buscadas. Actividad paranormal es sobre la duda, eso es lo que espanta: todos los trucos visuales, el trabajo de sonido y el fuera de campo tienen esa finalidad, la sugestión de un espectador que construye la película en su cabeza. Con la mitad de la 3 y gran parte de la 4, esa idea termina siendo abandonada.
Pero en la 4 sucede algo más. El registro ya se encuentra limitado a determinados momentos y la cámara se mueve constantemente porque nuestros personajes registran absolutamente todo. A pesar de lo incómodo que pueda resultar y la situación extrema a la que se ven forzados, la pobre Alex (Kathryn Newton) lleva su notebook a todas partes para registrar lo que le pasa. En la situación que se da en cierto garaje es donde, por ejemplo, el verosímil se rompe completamente. Lo mismo en el final que se pretende climático, pero es sólo una suma de incoherencias narrativas que mostrando terminan atentando contra la saga.
En definitiva, Actividad paranormal 4 es un ejercicio desafortunado y carente de las virtudes de las dos primeras películas, buceando entre el sin sentido y la falta de ideas, poniendo la primera palada de tierra sobre esta saga que ya comienza a verse caduca. Y sí, además tiene pocos (y poco efectivos) sustos.