Cada vez menos sustos y muchos más mareos
Parecería que no hay género del cine de terror moderno más redituable que el de los documentales apócrifos de supuestos asuntos paranormales filmados con cámaras dse seguridad o por documentalistas amateurs. De ahí lo prolífico de este tipo de películas, que ya se parecen demasiado unas a otras (de hecho, la que comenzó el fenómeno hace mas de una década, "El proyecto de la bruja de Blair" casi parece filmada con gran elegancia al lado de casi todas las demás sagas posteriores).
Todo lo malo de este subgénero se aplica perfectamente a esta quinta entrega de "Actividad paranormal". Pero al menos en esta historia de posesión satánica, junto con los presumibles elementos religiosos hay algunos detalles mínimamente más originales: la acción no queda confinada a un solo edificio como en la mayoría de los films previos, sino que la cámara en mano sale a las calles del barrio, la trama se centra en los elementos étnicos de los personajes hispanos, y hay cierta dosis mayor de sentido del humor (hay una abuela sabia que sirve como vehículo para algunos chistes que no están del todo mal).
Peo el lado malo de la acción en las calles es la intensificación de la típica cámara que se mueve como si en vez de un trípode estuviera sostenida por una licuadora. En ese sentido, esta entrega es igualmente, o más, insoportable que las otras. Y si bien hay algunos momentos terrroríficos atendibles, la verdad es que los guardan casi todos para el final, cuando al espectador ya le da más o menos lo mismo cualquier cosa que pueda suceder.
Lo que queda claro es que dado lo redituable de estas producciones, y lo fácil que resulta filmarlas, hay que estar preparado para más y mas películas de la saga en el futuro mediato.