Franquicia agotada
Nuestro ya viejo 2013 terminó con una buena noticia: no hubo en todo el año una entrega de Actividad paranormal. Dos días después de comenzado el 2014, el director y guionista Christopher Landon nos arroja este spin-off chapucero, que le da un poco de aire a la agotadísima saga, pero que sigue siendo fallido y no levanta demasiado la cabeza que la cuarta entrega dejó muy abajo.
Me considero un defensor de Actividad paranormal, aunque nunca dejé de aceptar que era un esqueleto de película, con un guión chato y su -demasiadas veces absurdo- único recurso de la cámara en mano. Sin embargo, la primera entrega ganaba en efectividad y creación de climas; la segunda ampliaba ese universo y le agregaba un par de sustos industriales que seguían siendo efectivos; la tercera era la peor hasta su momento pero se arriesgaba bastante intentando agregar material para la instalación de una franquicia que sólo terminaría cuando los números no dieran para más; y la cuarta entrega tira todo por la borda, la franquicia se ve más que agotada en todos sus elementos, abandonando los pocos puntos a favor de sus predecesoras y pareciéndose demasiado a las copias y sucedáneos berretas que la propia Actividad paranormal había generado.
Actividad paranormal: los marcados tiene lagunas enormes en su (seamos generosos) guión y se vuelve tediosa en sus apenas 80 minutos de duración. Sin embargo, tiene un comienzo logrado, algunos buenos gags y cierto sentido del humor sobrevuela la primera media hora de metraje. Luego, cuando la cosa se pone seria y comienzan a aparecer las referencias a las anteriores películas todo se vuelve muy rutinario y aburrido, se evidencia la necesidad de repetir fórmulas y darle guiños al espectador para que no piense que está viendo otra cosa que nada tiene que ver con Actividad paranormal. Entre las pocas cosas a favor, encontraremos algunas referencias a Poltergeist y la divertida utilización de un Simón (ese juego de las melodías y las luces de colores) como una tabla ouija. Y entre las ridiculeces supremas nos veremos con unos pandilleros mexicanos matando brujas a escopetazos y un aparente poco justificado viaje en el tiempo. Todo esto llevó a que este crítico se riera bastante y termine calificando el film con un 5 y no un 4 ó 3.
No es ningún secreto que los personajes de las películas de terror suelen ser lugares comunes ambulantes, de moral rígida e infantil y de caracteres esquemáticos, pero aquí Landon no hace ningún esfuerzo por obviar los famosos prejuicios que hay sobre los mexicanos en Estados Unidos, por lo cual, ya que en Actividad paranormal: los marcados los protagonistas son mexicanos, estaremos rodeados de: abuelas católicas que toman tequila y no hablan inglés; personajes que hablan como si salieran de una canción de Molotov; chicas morenas voluptuosas y promiscuas; pandilleros y ladrones por doquier; conventillos y fiestas ruidosas llenas de colores, tacos, personajes subempleados y un largo etcétera.
No hay mucho más para decir acerca de este exponente del más sucio lucro. Quizás sea el momento de una frase ingeniosa y pavota al mejor estilo Catalina Dlugi. Ahí va: lo único paranormal que hay aquí es que se siguen haciendo estas películas.