Esta fórmula no se acaba mientras continúe siendo atractiva para sus fanáticos.
En la línea de sus antecesoras, su desarrollo es todo con cámara en mano (como fue en su momento “El proyecto de la bruja de Blair”), este método intenta darle más terror y realismo también conocido como falso documental. Esta nueva entrega se desarrolla en el barrio Mexicano de California, en junio de 2012 después de la graduación de dos amigos Jesse (Andrew Jacobs) y Arturo (Richard Cabral) organizan una reunión en una casa junto a otros y la hermana de Jesse Marisol (Gabrielle Walsh) y su amigo Héctor (Jorge Diaz) este va registrando todo lo que va pasando.
En la casa que se encuentran habitando, van descubriendo los antecedentes de quienes la ocuparon, y todo surge cuando Jesse encuentra en una parte de su cuerpo una marca que viene desde su nacimiento. En uno de los cuartos encuentran libros viejos, estatuillas, herramientas de brujería, objetos y símbolos de adoración al diablo, entre ellas, fotos de personas que incluyen a Jesse y a su madre cuando estaba embarazada.
Lo que sigue son momentos terroríficos y graciosos entre los personajes, enigmáticos, la infaltable tabla Ouija, impresionan los extraños hilos que salen de los ojos del protagonista. Hay buena química entre los personajes y le otorga un poco de humor Gabrielle Walsh, al igual que otros intérpretes, hay escenas de poseídos, entre otros elementos para tener al espectador atento a cada secuencia e intentar sobresaltos.
Dirigida por Christopher Landon, guionista de “Paranormal Activity 2-3-4”. Esta es dinámica, hay sangre, sótanos misteriosos, más acción, suspenso, conjuros, el terror es más efectivo, varias situaciones sobrenaturales, buenos efectos especiales, más humor, sombras que aparecen de la nada, guiños y referencias a las anteriores. Los fanáticos la van saber disfrutar y esta saga continua (pensando que el presupuesto ronda en más de 5 millones de dólares y todas superaron los 100 de recaudación).