Actriz

Crítica de Diego Lerer - Micropsia

Analía Couceyro protagoniza este híbrido entre filme ensayo y documental acerca del proceso creativo de la actriz. Centrándose más que nada en ensayos, clases y preparativos la película es un fiel reflejo del duro trabajo detrás de escena de los intérpretes.

Hay una contradicción inherente en un filme como ACTRIZ que lo hace doblemente interesante. Por un lado podría describirse, simplificadamente, como un documental acerca de la actriz y directora Analía Couceyro, mostrada a partir de distintos escenarios en los que trabaja y lugares en los que vive o da clases. A lo largo de lo que parece ser un buen tiempo, el realizador Fabián Fattore sigue las peripecias, ensayos, pruebas de luces, sesiones de maquillaje, clases y hasta actividades familiares de la intérprete de LOS RUBIOS mostrando el lado “duro” de la actuación: el trabajo con la voz, con el cuerpo, aquello de “aprenderse la letra” y los distintos momentos que se viven en la previa de una obra o, en este caso, de varias que aparecen recién especificadas en los créditos finales.

El hecho de que ni a la “actriz” ni a sus pares o directores (uno adivina ahí a Fernando Noy, a Alejandro Tantanián y a otros) ni se nombre a las obras que hace durante el filme no es casual. ACTRIZ es un filme sobre el trabajo y ese trabajo actoral puede extrapolarse de Couceyro y ser el de muchas otras actrices. Para el espectador común será, sin duda, ver el lado un tanto oculto del proceso. Casi no se ve a las obras o espectáculos en su representación pública sino que lo que Fattore propone es abrir las puertas al detrás de escena. Sí, para los que imaginan que los actores viven vidas glamorosas y de fantasía, ACTRIZ deja en claro que es un proceso de producción igual o más duro que muchos. Y que de glamour, poco y nada. Más bien, nada.

Pero esa contradicción que mencioné en el principio está evidenciada en que, más allá de estar siendo filmada para un “documental”, Couceyro nunca deja de actuar. En los roles específicos que tiene que aprender y ensayar, sí, pero también de “Analía Couceyro”, una actriz que es más que consciente que está siendo grabada para un filme y deja de ser ella para ser, bueno, una “actriz”, el “personaje Couceyro”. El hecho que no podamos distinguir del todo esos dos niveles habla de lo logrado del filme aunque en algunas puestas de cámara queda bastante en evidencia lo planificado del proceso.

Que Couceyro actúe en su propio documental no es un problema ni mucho menos. Al contrario. Cualquier persona al ser filmada adopta una postura (elige o le sale una forma de mostrarse ante la cámara) y cuando esa tarea le cabe a una actriz profesional, la película termina siendo otra de las piezas en las que ella trabaja durante el rodaje. Solo que aquí sí podemos ver el resultado definitivo.