Al infinito y más allá
El director estadounidense James Gray (The Lost City of Z, Two Lovers) se encarga de llevar a Brad Pitt al espacio en su nueva película, Ad Astra. No solo como protagonista, sino como productor, el reconocido galán que viene de romperla en Once Upon a Time in Hollywood, remarca su buen momento estableciendo un papel memorable.
La historia está contextualizada en un futuro cercano y se centra en Roy McBride (Pitt), un astronauta que recorre diferentes mundos con el fin de serle útil a la ciencia y por sobre todas las cosas, encontrar a su padre, al quien creen muerto en una expedición a Neptuno.
Ad Astra se podría catalogar bajo el género de ciencia ficción, aunque mucho no importen las diferencias y etiquetar a las películas no las ayudan en nada, ya que también podría ser drama, suspenso, aventura y hasta una road movie. Lo que vale la pena es valorar el trabajo técnico a la hora de narrar la historia que sorprende por su fotografía y sus impactantes imágenes espaciales, que logra generar sensaciones puntuales como es el vértigo. Cabe destacar que el sonido está trabajado de manera formidable y por eso es recomendable que sea vista en una sala con la mejor instalación posible.
El guion está bien pero por momentos se puede pestañear largo por silencios y duraciones de planos que son entendibles para el relato pero desgastan la mirada crítica hacia la ciencia, la política y la forma de trabajar de Estados Unidos.
Por último, Brad Pitt transmite la soledad y el sufrimiento como nunca antes en su carrera, es un personaje completamente introspectivo que se va dejando llevar por sus emociones a medida que el film avanza. Es un trabajo excelente de Gray, como lo viene siendo en toda su filmografía, y ya deberíamos reconocerlo por el nombre y apellido como uno de los grandes directores de la época.