Te encontré entre las estrellas
“En un futuro cercano”… comienza diciendo esta película, todo un melodrama disfrazado de ciencia ficción. Disfrazado porque el personaje principal, Roy McBride (Brad Pitt), es un astronauta que ha dedicado su vida a explorar el espacio en búsqueda de indicios de vida extraterrestre, como su papá Clifford McBride (Tommy Lee Jones), una eminencia que desapareció hace largos años en una misión secreta, en Neptuno.
El gobierno convoca a Roy porque el planeta corre peligro, dado que está recibiendo grandes descargas eléctricas que amenazan con destruir todo. Es así que le sugieren que su padre sigue vivo y que su nave está fuera de control emitiendo los mortales rayos. Por lo que deberá ir en busca de él y detener la amenaza. Roy desde niño que no sabe de Clifford McBride.
Nuestro protagonista lleva una vida solitaria, casi autista. Vive para trabajar y está emocionalmente anestesiado. Perdió a su mujer debido a esto, el único afecto que le queda. Su madre murió al poco tiempo de la desaparición de su padre. Por todos estos motivos Roy, a pesar de mostrarse frío, sufre un shock emocional al enterarse que este puede estar vivo. Es así que emprende su viaje a Neptuno, haciendo escala en la luna y Marte.
Ad Astra, es un bello viaje por el interior de una persona que busca exorcizar su trauma, teniendo como sola compañía las estrellas. La fotografía es impactante, así como ese clima solemne (pero no pretencioso) que se genera. Una auténtica odisea emocional, en donde además de este componente, se intercalan escenas brillantes de riesgo, como un ataque de contrabandistas en el lado oscuro de la luna; o encontrar un primate rabioso y mortífero en una nave en órbita.
Tal como el mito de Telémaco, Roy encontrará a su padre después de mucho tiempo, condición necesaria para enfrentarse a la verdad y elaborar su conflicto. James Gray, en este drama espacial, habla de la soledad, la incomunicación y sobre la necesidad de aferrarnos a nuestros afectos; todo esto subrayado por el pensamiento en off del protagonista. Conformada por planos contemplativos y magnéticos, la cinta nos invita a no perder la capacidad de asombro y a reflexionar sobre nuestra propia realidad.