“AD ASTRA”: un introspectivo viaje en el espacio exterior.
En un futuro no tan lejano el astronauta Roy McBride (Brad Pitt) viaja al espacio exterior del sistema solar para buscar a su padre desaparecido y descifrar un misterio que amenaza la supervivencia de nuestro planeta. Su viaje develará secretos que desafiarán la naturaleza de la existencia humana y nuestro lugar en el cosmos.
Puede ser involuntaria la asociación con los más recientes viajes estelares en el cine. No sorprendería que películas como "Gravity" o "Interstellar" resuenen al verla. Y si bien todas suceden en el espacio, están dirigidas por reconocidos maestros del cine actual y provocan la inevitable sensación de insignificancia que sentimos como especie cuando nos arrojan la infinidad del universo en nuestra cara, cabe destacar que “AD ASTRA” no es una película más en el género.
Su director, James Gray, conforma una tripulación de lujo y nos propone un verdadero viaje visual y auditivo a la vez que nos invita a varias reflexiones de índole personal como también de carácter más filosófico y global.
La fotografía a cargo de Hoyte Van Hoytema ("Let The Right One In", "Her", "Dunkirk" y la ya mencionada "Interstellar") es bellísima y uno de los grandes fuertes del film. Aprovecha ese trabajo de iluminación naturalista que lo caracteriza a la perfección por tan solo mencionar uno de sus méritos (ya que los caracteres apremian).
Max Richter ("Arrival", "The Leftovers", "Black Mirror", "Taboo") es el músico perfecto para esta travesía. Pues sus melodías son un verdadero viaje lleno de condimentos como a los que ya nos tiene acostumbrados. Combina sutilezas y momentos de absoluta presencia musical, melodías que suenan simples y complejas a la vez, difíciles de describir y que nos invitan a cerrar los ojos y sentir.
Brad Pitt (quien también ocupa el rol de productor), Tommy Lee Jones y Liv Tyler brindan sólidas y sutiles actuaciones con una dirección enfocada en el trabajo introspectivo (por ejemplo centrándose más en el escuchante que en el interlocutor).
Y si bien es una película grande en términos de presupuesto, de ambición contando la historia de un viajero que atraviesa el espacio, a su vez no deja de ser también un film íntimo, minimalista, profundo y filosófico. De un solo personaje en su propia y personal búsqueda.
“AD ASTRA” es como leer poesía. Es decir, no es una cinta fácil, no es para ver en cualquier momento. Precisa de, como suelo decir, espectadores activos que no buscan sólo entretenimiento y están dispuestos a lenguajes no tan digeridos y cotidianos. Sin dudas esta película es un verdadero deleite para ver más de una vez. De esas que recomiendo ir a ver al cine ya que no es lo mismo disfrutarla en la pantalla grande a esperar para verla en cualquier página de mala muerte.
Por Matías Asenjo