Esta historia de ciencia ficción llega de la mano del cineasta James Gray (“Z La ciudad perdida», «Los amantes») y tiene como protagonista al actor y productor de cine estadounidense Brad Pitt (ya han trabajado juntos) quien además participa en este film como productor. Una vez más se destaca en su interpretación, le pone matices (esta estupendo y pasando un gran momento desde la actuación) y muchos de los comentarios en off resultan bastante reflexivos, inquietantes y muy conmovedores.
Todo gira en torno al astronauta Roy McBride (Brad Pitt, “Erase una vez en… Hollywood”) quien se encuentra a cargo de una misión muy importante, que hasta pueda afectar a toda la humanidad y un viaje a partir del cual podría descubrir que le sucedió a la tripulación anterior que estaba liderada por Clifford McBride (Tommy Lee Jones) padre de Roy McBride y que desapareció hace varios años y fue dado por muerto en esa búsqueda de vida extraterrestre.
Su desarrollo tiene situaciones muy tensas, de misterio e intriga, su ritmo tiene momentos lentos pero justificados y que se relacionan con la trama, siendo intimista y hasta asfixiante. Están los conflictos entre padre e hijo y momentos muy profundos, y hasta con él mismo, pasando además por los obstáculos que vive un astronauta en un viaje increíble en el espacio, un universo repleto de estrellas y en esa inmensa soledad que te lleva a analizar. Junto al protagonista, el espectador llega a sumergirse en un viaje increíble en algo que el hombre anhela, un viaje a lo desconocido y encontrarse quizás con otras vidas, dado que se supone que no somos los únicos en este universo.
La cinta resulta visualmente poderosa, con secuencias virtuosas, la fotografía a cargo de Hoyte van Hoytema (“Interstellar», Dunkerque»), los rubros técnicos impresionantes y fascinantes (ideal para ver en una sala acorde a su dimensión). Además cuenta con un elenco secundario de lujo: breves apariciones de Liv Tyler, Ruth Negga, Tommy Lee Jones y Donald Sutherland.