El autor de la Galia más reconocido internacionalmente, Jean-Luc Godard, vuelve a los cines y realiza su primer largometraje en 3D titulado Adiós al Lenguaje, ganadora del Premio del Jurado en la última edición del Festival de Cannes.
Juan Lucas y sus tres dimensiones
Siempre es complejo hacer una review de una película de Jean-Luc Godard, y más contar de qué trata como si fuera una película genérica, ya que es sabido que el autor desde los inicios de su filmografía se movió por los límites del lenguaje cinematográfico.
En Adiós al Lenguaje nos encontramos con un todo compuesto por diversos fragmentos de placas, imágenes cotidianas, películas en blanco y negro, texturas, colores y técnicas que están atravesadas por frases de los más variados pensadores y artistas como Claude Monet, Marcel Duchamp, Mary Shelley, Jean Paul Sartre, Sigmund Freud y William Faulkner (que nos enteramos en los títulos ya que no se indica la autoría cuando se dicen). Entre todas las capas de este collage transcurren las idas y vueltas de una mujer y un hombre que se pasean desnudos y filosofan mientras este último caga. Asimismo hay un tercer elemento: un perro que vagabundea entre el campo y la ciudad hasta que finalmente se introduce en el espacio de la pareja generándose una suerte de simbiosis entre los tres.
Si bien se desarrolla la simple historia de estos tres personajes, las temáticas son de una profundidad filosófica que dependen de un espectador más que activo.
El 3D como principio de ACV
El 3D cobró fuerza y vigor durante la primera década de este siglo, pero fue pensado como un recurso comercial que ayudara a la industria del cine a competir contra los sistemas hogareños que tanto progresaron en mantener a los mortales dentro de la comodidad de su casa. Sin embargo, los empresarios no se detuvieron a pensar -porque ese tampoco es su rol- que el 3D producía un cambio en el lenguaje cinematográfico y que podían surgir realizadores que lo utilicen con otros fines distintos a los del entretenimiento, ya que carece de todo tipo de reglas. Hasta el momento pude ver sólo tres películas, quizás hay más, en donde el 3D tiene una utilización más filosófica: La Caverna de los Sueños Olvidados de Werner Herzog (2010), Hugo de Martin Scorsese (2011) y, por último, Adiós al Lenguaje.
Centrándonos en lo que nos corresponde, podríamos decir que Godard es como un chico con el 3D porque sabe perfectamente que no hay reglas prestablecidas aún en este sistema y puede hacer lo que se le antoja -como siempre lo hizo-. Por mencionar tan sólo alguna utilización de esta tecnología en Adiós al Lenguaje, veremos como en una escena se nos muestra en el ojo izquierdo un plano, mientras que el ojo derecho ve el contraplano de la misma situación, casi obligando al espectador a jugar guiñando cualquiera de sus dos ojos para poder ver de manera nítida lo que está escuchando. Probablemente esto provoque algunos dolores de cabezas, pero vale la pena la experiencia.
En definitiva, Godard cuestiona y analiza el lenguaje por intermedio de los grandes pensadores de los últimos dos siglos, lo admirable es que lo hace desde la utilización misma de ese lenguaje, experimentando, jugando con él.
Conclusión
Adiós al Lenguaje no es una película para cualquier espectador, ya todos sabemos quién está preparado para sentarse en la butaca a ver setenta minutos de Godard y quien no. Por mi parte, no soy un fiel seguidor ni estoy de acuerdo con este tipo de cine tan divorciado del espectador medio, sin embargo no puedo dejar de reconocer el talento una vez más demostrado y la pasión que transmite una persona que a sus 84 años y con todo el reconocimiento de la crítica internacional sigue filmando.