Los dinosaurios. operación méxicoTranscurría 1978 y Edgar Tulio Valenzuela (Luciano Cáceres), alias Tucho, se encuentra exiliado en Río de Janeiro junto a su mujer embarazada Raquel Negro (Ximena Fassi), alias María, y su pequeño hijo. Ellos pertenecen a la organización guerrillera Montoneros y debido al golpe militar ocurrido en marzo del ´76 tuvieron que irse de Argentina para evitar ser atrapados por los militares. Un camarada de armas, Velazco (Ludovico Di Santo), llega a Río de Janeiro y le pide a Tucho que vuelva para retomar la lucha contra el gobierno ya que se habían llevado a varios compañeros. Él accede al pedido y retorna al país, sin sospechar que le habían tendido una trampa, por lo que es secuestrado junto a su familia y son todos llevados a un centro clandestino de detención ubicado en las afueras de Rosario. Allí se encuentra con varios de sus colegas que ahora son detenidos y proveedores de información de los militares. Lo que no se imagina es que a él le harán una propuesta en la cual deberá elegir entre traicionar sus ideales y emboscar a la cúpula de Montoneros o la vida de su mujer y sus hijos. Un telefilme : Leonardo Bechini plasma en Operación México, Un Pacto de Amor una historia real que contiene todos los elementos necesarios para realizar una tragedia, y en parte lo logra. Si bien hay que destacar que se cuenta con un guión bien estructurado y personajes sustraídos de la más cruda realidad de nuestro país, hay tratamientos con hombres nefastos de nuestra historia como el Tte. Gral. Leopoldo F. Galtieri que se muestran en un rol un tanto exacerbado de villano aunque, en este caso, le quita veracidad a los hechos. De lo que no queda dudas es que el trabajo actoral de Luciano Cáceres es de lo mejor que he visto en su carrera, sin desmerecer al resto del elenco que se encuentra a la altura de las circunstancias y acompañan muy bien al protagonista. Pero quien se carga la película al hombro es él. Respecto a la estética, y de ahí el subtítulo de esta parte del artículo, es quizás más la de un telefilme que de una película pensada para cine. No menosprecio el trabajo de arte y fotografía porque son realmente excelentes, pero sí movimientos de cámara y transiciones innecesarias quizás más propias de la pantalla chica. Conclusión: Operación México, Un Pacto de Amor es una película que toca un tema sumamente sensible para el pueblo argentino y que con las buenas interpretaciones del elenco logra conmocionar. Sin embargo, por cuestiones de guión y estéticas, creo que se lava esta trágica historia y no transmite esa oscuridad propia de aquellos años de la Argentina. Pese a estas apreciaciones personales, creo que cada uno debe ir al cine y sacar sus conclusiones porque de una forma u otra esta película ayuda al tan necesario ejercicio de la memoria.
El Duelo La Luz Incidente es el tercer largometraje de Ariel Rotter nos presenta la historia de Luisa -interpretada por Érica Rivas-, una madre con dos hijos que enviudó debido a que su marido y su hermano fallecieron en un fatal accidente de tránsito. Luego de un tiempo intenta seguir adelante tratando de evadir el duelo por la doble pérdida sufrida, pero entonces aparece un hombre (Marcelo Subiotto), el cual conoce en una fiesta, y le ofrecerá persistentemente tratar de reconstruir la familia, pero ella tomará una actitud que oscila entre la reticencia y la resignación ante esta osada propuesta. Finalmente, Luisa, decide retomar aquel duelo postergado y transita esa difícil etapa, mientras cría a sus hijas y su enamorado continúa intentando que construyan algo juntos a futuro. La Luz Incidente es la crónica de un duelo, que si bien en este caso se toma con más literalidad ya que se trata sobre la pérdida física de dos seres amados, es extensible a cualquier tipo de duelo, refiriéndome a una definición más psicoanalítica. Tiene una estructura de guión sólida, con pocos personajes lo que genera climas intimistas bien logrados que se sostienen por diálogos y situaciones plasmadas con toda claridad. En cuanto a las actuaciones, Erica Rivas se carga la película al hombro con una habilidad admirable, lo que una vez que vean la película entenderán el más que merecido Astor de Plata que obtuvo en el 30º Festival Internacional de Mar del Plata. Sin embargo no hay que desmerecer el elenco que la acompaña que logra desenvolverse excepcionalmente a la altura de la protagonista. Por último el trabajo de Guillermo Nieto, que estuvo a cargo de la fotografía en blanco y negro, logra aclimatar y estar acorde a la historia, sumado a una cuidada estética propia de Rotter que ya se percibe en sus anteriores películas. Como dato a tener en cuenta, el plano final es de una prolijidad y belleza visual a destacar. Conclusión La Luz Incidente no es una película para cualquier espectador, su fin no es ser comercial y eso está claro, pero el trazo fino de Ariel Rotter logra brillar y creo que el espectador medio afín al género dramático podrá disfrutarla en su totalidad.
El Bicentenario se aproxima y llega a las salas El Encuentro de Guayaquil, una película que busca ahondar en el coloquio que mantuvieron en 1822 los libertadores de América del Sur. Amargo Desencuentro El Encuentro de Guayaquil es el segundo largometraje de Nicolás Capelli y una adaptación de la homónima obra de teatro del historiador Mario “Pacho” O´Donnell, que tuve la oportunidad de ver en su momento aunque evitaré las comparaciones debido a que, en mí consideración, el cine y el teatro son dos medios, y por lo tanto lenguajes distintos. El film comienza contextualizándonos históricamente y con la premisa que se contará lo que nunca se supo sobre lo acontecido en aquella ciudad, ahora ecuatoriana, el 26 y 27 de julio de 1822 entre los dos próceres más importantes de Sudamérica: el General José de San Martín (interpretado por Pablo Echarri) y el General Simón Bolivar (interpretado por el actor colombiano Anderson Ballesteros). Durante hora y media conversarán y los flashback mostrarán por lo que estos hombres pasaron desde el comienzo de la lucha emancipadora para llegar hasta allí. Revisionismo Estéril En casi 200 años nadie supo lo que ocurrió en aquel encuentro entre aquellos próceres, aunque si hubo una serie de conjeturas y especulaciones generadas a raíz de cartas y por los hechos ocurridos posteriormente a nivel político y militar en la región. Lo único que se puede asegurar al respecto es que el coloquio no fue ameno y eso es quizás lo que a El Encuentro de Guayaquil le faltó explotar más. El gran Vicente Fidel López escribió en su libro El Conflicto y la Entrevista de Guayaquil (1884) que sería “indispensable que los que hablen de la Conferencia de Guayaquil le llamen Conflicto”; y claro está que donde hay un conflicto hay un guión. Sin embargo, por más que haya conflicto, se necesita una estructura que lo contenga y sostenga a lo largo de toda la película, y es quizás en el primer acto de El Encuentro de Guayaquil donde más errores se ven en este punto. En primer lugar aparecen unas placas proto-amarillistas que dicen que nos van a contar “lo que nunca se supo” sobre lo ocurrido, cuando se sabe que no es así. Incluso si esto fue pensado con un fin publicitario -tal es el caso de Fargo de los Coen que dicen basarse en hechos reales para potenciar la ficción- deberían haber tomado en cuenta que se estaban metiendo con uno de los acontecimientos más importantes del continente, y como mínimo todos lo estudiamos en la escuela; ergo no funciona tampoco como estrategia de promoción de la película. En segundo lugar no hay devenir en el orden, es como que quisieron poner muchos elementos pero con una lógica extraña. Luego de las placas mencionadas anteriormente, hay una escena entre el General Arregui y otros dos militares con el único fin de presentarnos el clima político y la reunión cumbre que se avecina, pero lo inverosimil del diálogo que vemos se genera porque en una misma mesa no se tratarían todos esos temas con tanta superficialidad y de manera tan fáctica. Luego vemos la siguiente escena con un Bolivar que espera, y un San Martín que está llegando descompuesto a Guayaquil en el barco, para pasar finalmente a una secuencia de títulos en la que se cuenta la historia de Los Horacios a modo de metáfora sobre lo que está por ocurrir en el encuentro entre los próceres. En conclusión, todo tiene que ver pero se estructuró de forma disociada para comenzar con esta historia. En tercer lugar, el encuentro será un diálogo pasivo-agresivo con flashback que mostrarán las campañas de cada uno de los próceres y algo sumamente desafortunado y amarillista como meterse en las sábanas de San Martín y en las de Bolivar. Según Nicolás Capelli, el director, el fin es bajarlos del Bronce, lo cual me parece válido, pero que camino erróneo escogió para hacerlo. Sobre lo Técnico El Encuentro de Guayaquil cuenta con un conocido elenco porque en su mayoría provienen de la televisión, aunque hace dudar el physique du rol (es decir las características físicas) para los personajes históricos que encarnan y el ejemplo más claro de esto es Eva de Dominici que interpreta a una mulata pero parece que estuviera pintada con corcho para un acto escolar del 25 de Mayo. Es decir, no me refiero estrictamente a las actuaciones sino a lo físico, y sinceramente no encuentro argumento para no haberle dado el papel a una actriz negra -a menos que el director sea D.W.Griffith-. En cuanto a la fotografía se maneja todo dentro de una gama sepia, y hay más contraluces de los necesarios ya que a veces hasta resultan molestos porque se mantienen incluso cuando un personaje está diciendo algo trascendental de la trama. Sin embargo, los contraluces compiten cabeza a cabeza con la música de fondo por cuál es la que interrumpe más la narración de El Encuentro de Guayaquil. Conclusión El Encuentro de Guayaquil es una película en la cual uno desea que se hubiera obtenido un buen producto, una buena obra así como Revolución: El Cruce de los Andes, y más después de tantos años de trabajo, pero lamentablemente no es así. De todas formas, y para cerrar, siempre lo mejor es que si cuentan con el dinero y el tiempo vayan al cine y saquen sus propias conclusiones al respecto.
Tiempo de Revelaciones es la nueva película de la directora francesa Catherine Corsini retrata una historia de amor entre dos feministas en la década del `70. Este es el romance de Delphine y Carole Delphine (Izïa Higelin) es hija única de una familia rural al norte de Francia, que ayuda trabajando sin descanso a sus padres para poder manter el campo en el que viven. Una noche ella sale a encontrarse con otra chica del pueblo con quien tiene un vínculo amoroso, tal como hacía asiduamente, pero esta última le dice a Delphine que se casará y da un corte definitivo a la oculta relación que mantenían. Luego de este revés amoroso, sumado a su desinterés por seguir en el negocio familiar, Delphine decide irse a París a comienzos de la década del ´70, donde los logros obtenidos en el Mayo Francés envalentonaban a muchos militantes franceses de las más diversas causas a tratar de alcanzar los derechos que aún no tenían las “minorías”, entre ellos se encuentran las feministas. Es en un acto de “Las Salvajes” -agrupación que lucha por la igualdad de género- que Delphine conoce a Carole (Cécile De France) y se enamora perdidamente. Luego de algunas barreras Delphine y Carole finalmente pueden estar juntas, pero no será fácil un amor entre mujeres en los ´70. Me nació este amor Tiempo de Revelaciones -o La Belle Saison como es su título original- tiene una historia que oscila entre lo original y lo ya establecido respecto a la temática LGBT. Esto se construye desde un guión sólido y bien estructurado que se limita sólo a contar la historia de un amor lésbico en dos contextos presentados en espacios claramente demarcados: la ciudad y el campo. El primero es más liberal donde la pluralidad permite que no importe mucho lo que haga el de al lado y se pueda vivir el amor con mayor libertad, lo que le da una naturalidad original; mientras que el segundo es un medio patriarcal, arcaico y conservador donde no se permitiría nunca una relación homosexual que es el conflicto que suele presentarse a menudo en las películas de esta temática. Asimismo hay un cambios en cada uno de los personajes en su medio, Delphine era abierta en París y fue la que de alguna forma “ayudó” a Carole a querer estar con mujeres y le abrió todo un panorama sexual que parecía estar reprimido, mientras que en el campo con sus padres era ella la que se reprimía y se ocultaba ya que tenía pavor a ser descubierta. Lo contrario sucedió con Carole que en la ciudad le costó asumir que le gustaba Delphine, mientras que en el campo tenía una visión más relajada del contexto en el que se encontraba con su pareja. Conclusión Tiempo de Revelaciones tiene una estética clásica y buenas actuaciones que se suman a un guión bien construido logrando una película interesante de ver. Además, lo que destaco es que este largometraje, al igual que Carol, se diferencia de la mayoría de las producciones de temática LGBT al no ser trágica.
Llega a nuestros cines la tercera película de Andrew Haigh, 45 Años, que refleja los conflictos de un matrimonio en vísperas a los festejos de su 45º aniversario. Toda una vida juntos En 45 Años el matrimonio de Kate (interpretada por Charlotte Rampling) y Geoff (un excepcional Tom Courtenay) se encuentran a tan sólo una semana de la celebración por sus 45 años de matrimonio, una fecha poco redonda ya que por cuestiones de salud de él no se pudo hacer nada para el 40º aniversario. Pero justamente, no todo es una fiesta en una pareja luego de estar tanto tiempo juntos. Una carta en alemán llega a la casa rural donde vive este matrimonio, y en la epístola, Geoff -que del idioma alemán “recuerda los sustantivos mejor que los verbos”-, logra traducir a grandes rasgos que debido al derretimiento de nieve en los alpes lograron encontrar luego de medio siglo el cadáver de Katya, la que por entonces era su novia. De esta forma lo literal y lo metafórico comienzan un juego a lo largo de toda la película, donde no sólo el cadáver aflora, sino también los problemas que tiene la pareja. El Pasado que Vuelve 45 Años de Andrew Haigh funciona como un reloj, se denota un guión sólido en el cual todo está todo calculado a la perfección y el ritmo y tempo de la narración es sostenido a lo largo de toda su duración. El conflicto en la pareja es un devenir que se va presentando primero por acciones y luego se explicita con diálogos, en los cuales el personaje de Kate es la que lleva las riendas, aunque los silencios que existen entre ellos es el mayor pesar porque dan cuenta que luego de 45 años de estar juntos, se conocen menos de lo que creían. De alguno forma pareciera que el matrimonio de Geoff y Kate se construyó con adobe y con la lluvia comienza a ceder, derrumbándose lo que creían que era sólido, donde una pregunta sobrevuela toda la película: ¿qué hubiera pasado si Katya no moría en los Alpes?. Claro que con el guión solo no alcanza, las actuaciones Rampling y Courtenay son de un nivel que pocas veces logra darse en el cine, incluso genera por momentos la sensación que uno está viendo una película del mismísimo Ingmar Bergman ante el dramatismo y el nivel de gestos en los silencios que logran la pareja de protagonistas. A diferencia de la anterior película de Haigh, Weekend, donde la cámara es más fluctuante, en 45 Años se presenta una puesta de cámara más fija y clásica, donde se dedica a observar sin entrometerse en lo que se está narrando. Además tiene una dirección de arte que optó por ir acorde a la historia tomando al otoño no sólo como estación simbólica para esta etapa de la vida, sino también como paleta de colores para el matrimonio. Conclusión 45 Años es el retrato de un matrimonio que oscila entre Bergman y Haneke, aunque no logra alcanzar a ninguno de los dos y no creo que Andrew Haigh lo pretenda. El público que disfrute de ver un cine con un ritmo más tranquilo y pausado, además de reflexivo, seguramente disfrute de esta película.
Crítica realizada durante Pantalla Pinamar 2016 Robin Hood Postmoderno El Tesoro es la quinta película del realizador rumano Corneliu Porumboiu, y fue la encargada de inaugurar Pantalla Pinamar 2016 luego de ser premiada en la última edición de Cannes. Cabe destacar lo acertado de escoger esta comedia para la apertura de una muestra audiovisual argentino-europea, ya que es poco común ver este género inaugurando eventos tan importantes. La película nos introduce en un vínculo sólido y próximo entre padre e hijo, un diálogo que se genera en el auto cuando lo pasa a buscar al niño por la escuela, seguido de Costi -el padre que es interpretado por Toma Cuzin– leyéndole Robin Hood por la noche para que finalmente el pequeño se duerma. Sin embargo la lectura se ve interrumpida por Adrian (Adrian Purcarescu), un vecino que va a buscar a Costi pidiéndole ayuda económica ya que corre el riesgo de que le quiten la casa, pero el segundo le explica que no está en condiciones de prestarle. Finalmente Adrian le revela que necesita la plata porque en la casa de su bisabuelo hay un tesoro enterrado antes que los comunistas invadieran el país y le propone dividir el motín a cambio de que él corra con los gastos de la búsqueda. Pese a correr riesgos económicos, Costi, acepta la proposición y emprenderá junto a Adrian la búsqueda. Sin Movimiento El Tesoro tiene una estructura de guión bien construida, con personajes sólidos, subtramas, y que no abusa ni escasea en los condimentos de su narración. Asimismo es una película con mucho diálogo acordes al género y que se destaca por estar bien escritos que, para hacer un paralelismo, se aproximan a los del cine de los hermanos Coen. En cuanto a su estética, debo aclarar que no vi las anteriores películas de Corneliu Porumboiu, pero en El Tesoro no hay movimientos de cámara en casi ningún momento y prácticamente el trabajo de montaje es inexistente debido a la escasa cantidad de planos en cada escena. Es más, a tal punto busca evadir esto que hasta los diálogos entre los personajes se producen de perfil a cámara con planos prolijamente compuestos. Conclusión El Tesoro es una comedia que está más próxima a una etapa clásica del género donde lo cómico pasa por los diálogos producto de situaciones y contextos. Al ser una película rumana donde uno cree que las distancias culturales no permitirán el goce del filme, se disfruta, seguramente porque toca temas universales y finalmente uno termina de comprender que el título de este largometraje es más ambiguo de lo que parece.
Relaciones 3.0 Internet nos ha modificado de una u otra forma la vida, no sólo individualmente, sino también la manera de relacionarnos entre nosotros. Internet Junkie es la ópera prima de Alexander Katzowicz y busca retratar las afecciones que generan la red en tres historias distintas y entrelazadas a la vez. En Argentina hay un coronel del Ejército (Antonio Birabent) que obtiene citas continuamente a través de internet y es un amante profesional, mientras que chatea con Ari (Brian Jagodnik) un amigo virtual en Israel que vive con sus padres y practica artes marciales a través de videos en youtube. Una de las amantes del coronel es Lorena (Paula Carruega), que está profundamente enamorada de él y hace catarsis con una amiga virtual en México. Esta amiga es madre de dos adolescentes, uno es Martín que es un jóven onanista que paga para mantener sexo virtual con Jimena, que vive en Argentina y está de novia con Rodo (Nicolás Mateo). El Lado Oscuro de Internet En Internet Junkie se plantea un guión con varias historias que se desarrollan en distintos puntos del mundo, pero que no sólo transcurren en paralelo sino que además se entrecruzan. Algo similar a lo que sucedía en Babel, del anticine nacido como González Iñárritu, pero en este caso de una forma muchísimo más interesante debido a que se explora esa oscuridad propia de internet, sin intentar imponer una verdad, sino que se aboca a ficcionalizar historias que ocurrieron y ocurren. Pese a lo interesante que pueda leerse este guión, lamentablemente tiene puntos vulnerables en su estructura, lo que no quita que la película se hace llevadera. En parte, esto se debe también a las actuaciones de todo el elenco que logran alcanzar un buen nivel actoral brindándole credibilidad a las historias que en Internet Junkie se desarrollan. Conclusión Internet Junkie tiene una gran idea y premisa para plasmarse como reflejo de una sociedad cooptada por el mundo virtual, sin embargo en su ejecución me fui con la sensación que se queda corta ante una temática sumamente explotable. Fuera de toda opinión, como suelo decir, si cuentan con el dinero pueden acercarse al cine BAMA y sacar sus propias conclusiones sobre una película que es sin dudas interesante.
El director trasandino Mauricio López Fernández presenta su ópera prima titulada La Visita, el retrato de una transexual que se reencuentra con su madre al asistir al funeral de su padre. El Regreso Elena, interpretada por Daniela Vega, es una transexual que vuelve a la casa donde creció para asistir al velatorio de su padre recientemente fallecido. Ante la llegada su madre Coya (Rosa Ramirez), que es una empleada con cama adentro en aquella casa, no cae del asombro debido a que su hijo Felipe no existe más, ahora es una mujer y tiene una nueva identidad. Al igual que Coya, la familia que allí reside queda abismada, pero a diferencia de ella, con una pizca de hipocresía tratará de disimular la situación. Entre silencios, miradas, acciones y escasos diálogos se progresará en la trama de La Visita. Sobre el guión y otras yerbas El director López Fernández construye un guión bajo la premisa plasmada en los párrafos anteriores y dilata los tiempos con el vínculo de dos personajes bien construidos y actuados, tal es el caso de Coya y Elena (madre e hija). Sin embargo rellena con otros personajes poco definidos, casi amorfos que generan subtramas errantes, que además no tienen una buena interpretación, quizás por estas falencias de guión. Asimismo, de alguna forma me cuesta aceptar un conflicto poco original en lo que respecta a películas LGBT, ya que casi siempre, este tipo de películas, giran en torno a prejuicios y el difícil vinculo que mezcla defraudación con no aceptación por parte de la familia y de la sociedad. En cuanto a Fotografía y Arte hay un buen trabajo, de mucha prolijidad y cuidado estético que acompañan perfectamente una trama de tensión en la cual todo parece detonar en cualquier momento, sobre todo en la relación entre madre e hija. Conclusión La Visita es una película que aborda un tema ya explotado en el cine aunque, quizás lo novedoso, es que lo hace desde un punto de vista de una transexual. No creo que sea una película para todos, debido a que no busca entretener sino más bien pensar y repensar sobre esta temática.
Michael Bay se toma un respiro de la saga Transformers, y presenta 13 Horas: Los Soldados Secretos de Bengasi, una película basada en un hecho real. Esta vez no va a haber robots, pero Michael Bay se queda en un género en el cual parece estar cómodo y nos trae su nueva película titulada 13 Horas: Los Soldados Secretos de Bengasi. Ésta se basa en una historia real ocurrida en una ciudad de Libia durante la denominada Primavera Árabe o Revolución Democrática Árabe, en la cual la CIA continúa trabajando clandestinamente en aquel país, protegidos por SEALs, una fuerza de operaciones especiales de la Armada de Estados Unidos. Jack (John Krasinski) acaba de llegar a Libia y se une a otros cinco camaradas que ya se encuentran en la base de la CIA y todo se desarrolla con “normalidad”, hasta que el embajador estadounidense Chris Stevens (Matt Letscher) decide realizar una visita diplomática al país con bajo perfil y subestimando la situación política y social en la que se encuentra. Por tal motivo decide hospedarse en un abandonado complejo diplomático estadounidense con pocas medidas de seguridad, próximo a la base de la CIA, ya que presupuso que se habían calmado las aguas de la revolución. La noche del 11 de septiembre de 2012, en el aniversario del atentado a las Torres Gemelas, el complejo diplomático es atacado por un grupo paramilitar fundamentalista y los 6 SEALs que se encuentran en la base de la CIA son los únicos que pueden ayudar al cuerpo diplomático. Johnny… Johnny… JOHNNY!!! No vamos a dar muchas vueltas, 13 Horas es una película bélica con algunas escenas que abusan de los tintes dramáticos propios de este género, y un guión que no tiene nada nuevo para ofrecer porque no se aleja de las convenciones. Si bien el primer acto es más largo de lo que debería, esto no perjudica a la narración debido a que la tensión que brinda el contexto se mantiene durante todo el filme. Además creo que son innegables dos cosas: uno como espectador siente la duración de la película -por ahí por la reincidencia de los ataques de los enemigos una y otra vez en el mismo lugar, produce una sensación de redundancia- y que no aburre en ningún momento porque Michael Bay no se lo perdonaría nunca. En cuanto a estética no hay nada que destacar, excepto por el montaje tan dinámico propio de las películas de Bay que son casi marca registrada y en la cual, como se ve en la franquicia de Transformers, hay cortes todo el tiempo incluso en las escenas más dramáticas. Conclusión 13 Horas es una película que si te gusta el género bélico, o incluso el de acción, creo que vas a pasar un buen rato pero toma el recaudo de verla en cine porque si no es pantalla grande puede ser que aburra. Fuera de eso no hay nada, es un filme liviano y efímero que puedo especular con que su único fin es entretener y encima lo logra hasta ahí nomás.
Crítica realizada durante el 30° Festival Internacional de Cine de Mar del Plata El Abrazo de la Serpiente es una narración con tintes antropológicos que transcurre en el amazonas profundo, en dos épocas diferentes y cercanas a la vez. El director colombiano, Ciro Guerra (Los Viajes del Viento), nos trae las crónicas de dos forasteros que llegan al Amazonas, uno en el primer decenio del siglo XX y otro en la década del ´40 durante la II Guerra Mundial, ambos unidos por el encuentro con la misma persona: Karamakate, el último chamán de su pueblo que sobrevivió a las masacres que hubo durante la fiebre del caucho. La historia que transcurre a principios del S.XX narra las andanzas de Theodor Koch-Grunberg (interpretado por Jan Bijvoet) quien se encuentra en el amazonas colombiano gravemente enfermo, y un solitario jóven llamado Karamakate con gran sabiduría decide ayudarlo y comienzan un viaje por el río Amazonas en busca de una planta sagrada que puede curarlo. La segunda historia se da en la década del ´40, donde Evans (Brionne Davis) se encuentra con un ya mayor Karamakate y le cuenta que leyó el diario de viaje de Theodor y llegó hasta allí en la búsqueda de la planta sagrada ya que es un estudioso de la botánica, por lo que comienzan el mismo viaje reencontrándose con los puntos claves que marcaron al primero. Neo-Fitzcarraldo El Abrazo de la Serpiente es una película con un guión bien construido donde se desarrollan dos historias en paralelo tocándose continuamente, yendo y viniendo entre una década y otra, pero ambas mostrando lo mismo: el daño ocasionado por el hombre blanco cada vez que se encuentra con una cultura completamente desconocida. Si bien presenciamos los tres actos elaborados cual reloj suizo, los personajes carecen de profundidad y eso afecta la empatía de quien se encuentre sentado en la sala, así como también los tiempos de silencio o reflexivos, que no funcionan como tal tornando densa la narración. En cuanto a la factura técnica no hay más que elogios. La fotografía en blanco y negro realizada por David Gallego es increíble, con una textura y matices de grises del Amazonas más que destacables, sumado a movimientos de cámara sumamente prolijos, tomando en cuenta lo complejo de las locaciones. Respecto a las actuaciones no hay nada para decir, son muy correctas pero creo que lo que perjudica es, como mencioné anteriormente, las falencias en los personajes, los cuales no tienen profundidad y esto trae como consecuencia que no se produce un buen vínculo con el espectador. Conclusión El Abrazo de la Serpiente es una película que vale la pena ver en cines pese a algunas carencias de guión, ya que es de un goce visual pocas veces visto y trata una temática poco común por nuestros días aunque sí se se ha explotado en otras épocas del cine (Fitzcarraldo es quizás la que tengamos más presente, de hecho hay un guiño que seguramente lo noten cuando la vean). Si tiene su estreno comercial en nuestro país, y cuentan con el dinero y el tiempo, vale la pena que vayan y saquen sus propias conclusiones.