Esta es una coproducción entre Argentina y Colombia dirigida por el colombiano Vladimir Durán, rodada en Argentina que obtuvo el premio de mejor director y mejor película colombiana en el Festival de Cine de Cartagena de Indias 2017 (FICCI).
En esta historia coral la cámara sigue a cada uno de los personajes en su mundo, una madre Margarita que vive encerrada voluntariamente en su cuarto, habla tras la puerta a sus cuatro hijos (Antonia, Alejandra, Alicia y Axel), entre el agujero de la cerradura y una ventanita del baño, da consejos, indicaciones, mima a su hijos, y recibe su comida, medicamentos, una frazada, libros, vídeos de películas, hasta celebran su cumpleaños 3 días antes de la fecha, en ese lugar que habita y el resto de la familia está cerca de esa puerta. Sus hijos discuten, se pelean como lo hacen a veces los hermanos, sienten cierto fastidio ante tal situación pero la terminan aceptando.
Los hijos llevan gente a su casa, compañeros, una tía (Verónica Llinás, levanta el film, siempre dinámica y en una buena interpretación) y amigos, existe ciertos enraizamientos psicológicos en esa madre y sus hijos, también tiene cierto toque teatral, pero el cineasta Duran aprovechar los recursos del cine, captando cada gesto, planos y sonidos.
El filme tiene cierta rareza, se relaciona con las enfermedades mentales, no existe la figura paterna, habla sobre los amores filiales, tiene momentos claustrofóbicos, transcurre en interiores opacos como sus vidas, ante la situación se transmite la angustia, la soledad, la tristeza, también hay enojos y broncas y el título está relacionado con la pérdida del entusiasmo.