Lo fugaz.
Tres amigas, separadas por la distancia geográfica y de la vida misma vuelven a verse las caras en el velorio de Pep. La repentina partida de este personaje, para quien se reserva el recurso trillado del fuera de campo, cobra presencia en cada parlamento de ellas, o los anecdotarios de quienes concurren al lugar donde se velan los restos de Pep. Se dilata la despedida y entonces surgen los tiempos para los reproches, las revelaciones y reflexiones banales, otras más profundas, en un clima a veces confesional aunque no tanto no tanto.
El problema de Adiós querido Pep, de Karina Zarfino, es que la propuesta se agota fugazmente y la desconexión del reparto es notoria, así como los diálogos y parlamentos altisonantes, algo extraño teniendo en cuenta que en el elenco hay buenas actrices como Florencia Raggi o Claudia Cantero.
No hay mucho más que decir, salvo que la idea no era tan mala, por lo menos en la intención.