SOFIA COPPOLA, experta en dirigir a jóvenes actrices, se luce en esta historia basada en hechos reales, un filme que le permite ironizar sobre “la fama efímera”, los realitys y el show business en cada escena que le toca componer.
La puesta en escena más minimalista tan característica en la filmografía de la hija de FRANCIS FORD aquí contrasta con momentos de verdadero vértigo escénico. Sin ser su mejor película, resulta entretenida, original y oportuna.