¿DÓNDE ESTÁ LA SEXUALIDAD?
Sofía Coppola toma la historia real de una banda de jóvenes que se dedica al robo a casas de figuras glamorosas del espectáculo en Los Ángeles. Este particular “Club de los 5” -4 mujeres y un varón- se une a partir de su deseo de participar de la vida nocturna exclusiva, y de la ropa y los consumos que tales costumbres requieren. Así, de un modo incruento, entran en las casas de ricos y famosos de la ciudad para apropiarse de sus ropas, joyas, accesorios y algunos cuantos dólares.
La película cuenta la historia del modo en que se entusiasman a partir de las facilidades para entrar las mansiones, aumentando lo robado y escalando también en sus consumos y su propio exhibicionismo. Hasta que finalmente, y como lo deja ver la realizadora desde el comienzo, la policía los atrapa.
Uno de los pocos logros de Coppola es que asume para la película la misma estética con la que los medios masivos narran el mundo de las estrellas víctimas de los asaltos. En ese sentido el mundo del colegio de fracasados escolares de la primera secuencia rápidamente muta en un relato sobre la noche, la fama efímera y la belleza empaquetada. El problema es que por momentos la narración de lo exterior, de las máscaras, de las repeticiones de formatos, de palabras y lugares, se come a la película. Es por ello que para poder contar lo que se propone, la realizadora apela al texto, a las palabras que explican con obviedad aquello que debería haber dejado contar a las situaciones. Y la película se hace de este modo explícita y falsamente pedagógica. ¿Hacía falta que un personaje explique la cuestión de la identificación de la cabecilla de la banda con su actriz fetiche? ¿Es necesario que las problemáticas familiares sean tan claramente el marco de las frustraciones de estos jóvenes? ¿Es justo que tengamos que escuchar al jovencito narrando sus sentimientos de marginalidad por no ser lindo? No, no hacía falta nada de eso. Es un grave problema del guion la sobre explicación psicológica de las motivaciones de estos jóvenes que solo querían pertenecer a ese mundo que los medios le vendieron como el mejor.
Pero peor aún es lo no narrado por la realizadora, y que deja entrever un pensamiento cuanto menos levemente conservador. ¿Qué pasa con esos cuerpos llenos de lujos, de alcohol, de drogas, de rock’n roll que nunca se tocan, nunca son sexuados, nunca se calientan? La sexualidad es parte de ese mundo al que los jóvenes ladrones pretenden acceder. Quieren sus ropas, sus autos, sus lugares en el mundo. ¿Qué hay de su sexualidad? París Hilton, la más asaltada y amada, hace de su sexualidad un espacio público. ¿Qué pasa con estos jóvenes que parecen carecer de toda sexualidad? ¿Cuál es el pensamiento que la directora muestra con aquello que elige no mostrar? Pero además ¿Cómo entender el desenlace donde las mujeres parecen tramar beneficios para sí mismas, mientras que Marc, quien no solo es el único varón sino el único que vive en el marco de una familia tradicional, termina solo y preso? Ese lugar de las mujeres favorecidas y arteras frente al varón, sumado al lugar de cada uno y la situación que implica la propia constitución familiar, no es solo una casualidad narrativa. El varón de familia preocupada, solidario, preso y arrepentido. Las mujeres de familias rotas ventajeras, negadoras y traidoras. Si eso no expresa pensamiento conservador ¿qué será el conservadurismo?
La historia en Adoro la fama está construida de un modo sencillo y sin sorpresas. Presentación de los personajes, robo, robo, robo, robo, robo, policía, final. Muy poco para alguien que ha debutado con películas más inteligentes y menos obvias que esta. Sofia Coppola parece enamorada de su propia construcción: la interesante de aquella primera secuencia de María Antonieta. Que vale la pena destacarlo, era lo único interesante de aquella película.