Ladrones de La Fama, o Adoro La Fama, para algunos países de latinoamérica, es la nueva producción juvenil de Sofía Coppola (Somewhere), con Emma Watson en el cartel, aunque no sea ella la protagonista principal. Y en realidad, a pesar de que son Katie Chang (CUTEeGRL) e Israel Broussard (The Chaperone) quienes pasan más tiempo en pantalla y quienes inician todo, ellos junto con la genial Taissa Farmiga (American Horror Story) y Clairie Julien (The Dark Knight Raises, -como extra-) con otros esporádicos, son en quienes se enfoca la película.
The Bling Ring, nombre dado a una banda de jóvenes ladrones, quienes se metían a las casas de famosos (Lindsay Lohan, Paris Hilton y otros más) a robar pertenencias, es el centro de esta historia. Y sin ir más allá, la película no toma ningún bando. Y eso es el sello de Coppola: mostrar las historias, sin tomar ningún bando, ni víctima ni victimario, y dejar que sea la gente quien juzgue y opine sobre lo que sucede. Como en Somewhere, el eje central es la fama.
Es curioso que a veces en las estadísticas de robos a tiendas departamentales, sean jóvenes con dinero los que más roban artículos. Y esto se da no por falta de dinero, sino por obtener simple notoriedad. En una época en la que las redes sociales ya no respetan la privacidad de nadie, y mucho menos de aquellos expuestos a los reflectores, es sencillo encontrar la casa de quien quieras, tanto por dirección, como más recientemente por vista satelital. Agendas, calendarios, eventos, fotos y demás están a un click de distancia. Y eso, simplemente por juego o por obtener la fama, es por lo que Sam (Broussard) y Rebecca (Chang) entran a la casa de Hilton y se llevan unas cuantas cosas, obvio presumiendo a todo el mundo lo que hicieron sin ninguna dificultad.
Es entonces cuando uno se pregunta, ¿Hasta dónde puede llegar el fanatismo, y la invasión de la privacidad? Todos sabemos recientemente lo que han llegado a hacer con tal de obtener un simple "follow" en twitter por parte de sus artistas, caso más reciente, de una chica que asesinó a su perro con tal de que los integrantes de one direction la siguieran; o llegar a acosarlos con fotos, visitas en su casa y tratar de parecerse a ellos. Como decimos, simple notoriedad. Por sentirse solos o por querer sobresalir.
Ladrones de la fama es una mirada contemporánea a ese fanatismo que se vale de los recursos más actuales con tal de ser alguien famoso, con tal de pertenecer a ese estilo de vida tan sobrevaluado y al que, aunque muchos lleguen, no todos saben sacar lo mejor de él. Una película que más bien parece un reportaje, pues se enfoca en seguir los inicios de la banda, aunque quizá un poco mal fundamentados y de una manera muy superficial, que termina siendo una muestra alargada de un caso de los que seguramente hay muchos.