Jason Reitman ya se ha ganado un lugar dentro del cine independiente (?) americano. Desde su irrupción con la comercialmente exitosa "Juno" y luego con "Amor sin escalas" con George Clooney como protagonista, ha demostrado que sabe encontrar la mezcla exacta entre un cine que se aleja del sistema aunque no se distancia tanto como para que sus films sean sólo degustados por los publicos festivaleros.
Segunda unión con Diablo Cody, la misma guionista de "Juno" -ganadora del Oscar en su momento-, en este caso vuelve a internarse en un retrato tan preciso como devastador de Mavis Gray (en la piel de la siempre excelente Charlize Theron, camaleónica y mutante como pocas) quien decide con un tonta excusa volver a su pueblo de la adolescencia, Mercury, Minnesota, e intentar reencontrarse con alguna historia inconclusa que ha dejado por el camino.
Escritora de novelas para adultos jóvenes -quizas sean justamente los del título aunque el sentido de las palabras da para mucho más que eso-, tiene una fecha límite para entregar su nuevo trabajo y para darle un final a la serie que ella ha impulsado.
Más allá de enfrentar su bloqueo narrativo y el final de la serie de sus libros, Mavis decidirá emprender este viaje en donde volverá a revivir irremediablemente momentos de su adolescencia, reencontrando e intentando recuperar vínculos de su pasado, que -aunque no parezca y quizás ni siquiera ella pueda reconocerlo concientemente- siguen teniendo una presencia muy fuerte en su presente.
El disparador es una simple excusa, como suele suceder en casi todos los casos.
Un e-mail en donde se anuncia el nacimiento de la hija de un antiguo novio de su secundaria, Buddy (un exacto trabajo de Patrick Wilson, a quien vimos en roles tan discimiles como "Watchmen" "Un despertar glorioso" "Brigada A" o "Secretos Intimos" junto a Kate Winslet) es el punto de arranque para Mavis tome fuerzas y en el medio de su crisis, decida emprender el viaje. Ella cree que más allá de todo lo que haya pasado y que él tenga su familia formada, ellos están hechos el uno para el otro y por lo tanto no duda en pensar en un objetivo concreto: volver para recuperarlo.
Entre otros lazos que encontrará en ese regreso, se cruzará en un bar con Matt quien no solamente padece una discapacidad sino que también ha tenido que atravesar el hecho de asumir su condición de gay en un pueblo de esas características.
Y con el consabido esquema de "pueblo chico, infierno grande" la llegada de Mavis no pasará desapercibida y su presencia impulsará mayores inquietudes en la confusión general de Matt que en el reencuentro con Buddy, a quien en todo momento se lo nota muy poco entusiasmado y hasta con un cierto compromiso de volver a verla a Mavis pero sin ningún interés particular más que en ser cordial y hospitalario con un amor de la juventud en su visita al pueblo.
Mavis intentará sin suerte desplegar un aire de éxito y superación a todo nivel y es allí cuando el guión de "Adultos Jóvenes" irá penetrando en el perfil más oscuro de Mavis hasta llegar a una escena clave, dolorosa y reveladora en donde una vez más Theron shockea al espectador con un momento completamente desgarrador y Diablo Cody vuelve a lucirse en su facilidad y espontaneidad para presentar un retrato desolador y preciso del derrumbe emocional que atraviesa su personaje -del que ya va dando claves más sutiles durante todo la primer parte de la película, al presentarla.
Y su guión es impadoso con la protagonista y el registro de su padecimiento en su llegada al pueblo, en cada uno de sus reencuentros (amigos, viejo amor, padres) y en su imposibilidad de seguir avanzando en su trabajo es intenso, sobre todo cuando se percibe la fuerte necesidad de Mavis de seguir siendo aquella Mavis en vez de ésta Mavis que hoy es.
Reitman sabe dosificar perfectamente los vaivenes del drama sin caer en ningún dramatismo extremo sino bordeando el cinismo con que Mavis los percibe a todos rodeados de ese aire pueblerino para luego caer en su propio infierno personal del que se le dificulta la salida.
El elenco encabezado por Theron y Wilson es sumamente compacto y también Patton Oswald entrega una interesante composición en su confundido, atormentado y sobrepuesto Matt, siendo quizás el único con el que finalmente Mavis pueda develar su verdadera máscara.
Sabor amargo de un regreso sin gloria, de una historia pasada que sigue doliendo tanto como antes, retrato de un anclaje en un pasado del que la protagonista no logra despegarse, "Adultos Jóvenes" presenta con inteligencia y una fuerte dosis de realismo una pequeña parábola de una "hija pródiga" que vuelve a un lugar -y no solamente haciendo referencia a la ciudad natal o a un punto geográfico en particular sino más aún a su propio lugar interior- al que jamás debiese haber regresado.