La tercera entrega de la saga After Life, inspirada en los bestsellers de Anna Todd y nacida como fan fiction de la banda One Direction, padece los mismos problemas que signaron a sus predecesoras. La historia es la de Tessa (Josephine Langford) y Hardin (Hero Fiennes Tiffin), una joven pareja que se conoce, se enamora, se pelea y se reconcilia. Así una y mil veces, sin demasiadas vueltas argumentales que aquellas que sostienen las excusas para la disputa y el ardiente reencuentro. Es llamativo que el componente sexual, pensado como atractivo por su aparente desinhibición, esté incrustado en la puesta en escena sin demasiada inteligencia, ni tampoco admirable sensualidad. Un vaso con hielo al lado de la cama, una rutina sudorosa en el gimnasio, tales son las pistas que implanta la película para su vaivén entre discusiones originadas por celos, distintos horizontes laborales o rencillas familiares y su apasionada reconciliación. Quizás esta vez el escenario no sea la fraternidad sino el mundillo editorial de Seattle pero la idea es siempre la misma. Y la construcción dramática sigue tan superficial como antes, pegando unas con otras escenas en jacuzzis, bailes en un evento, todo sumado para empujar la historia hacia un nuevo continuará. Las narrativas juveniles siempre han sido un territorio fértil para el cine, renovador y audaz. El amor joven fue el centro del cine de los rebeldes en los 50, de las parejas desorientadas después de El graduado, de los descreídos del final del milenio. Pero acá la escritura sobrevuela todo conflicto y es apenas el hilo conductor de una serie de clisés sin demasiada fuerza ni magnetismo, situaciones de melodrama sin la excesiva puesta del género y música redundante e invasiva que intenta sustituir a las emociones.
Basada en la novela de Anna Todd y surgida desde un gran fanatismo hacia la Banda One Direction, llega un nuevo capítulo (después de "After" y "After We Collided") de una historia de amor que parece no tener fin, (la leyenda "Continuará" sigue y sigue...). Hablamos de Tessa Young (Josephine Langford) y Hardin Scott (Hero Fiennes-Tiffin) quienes han pasado por distintas complicaciones, pero a pesar de eso, siguen juntos, porque la pasión y el amor triunfan a pesar de todo... En esta entrega, deben lidiar con el pasado de la joven cuando vuelve su padre después de abandonarla cuando era una niña, a lo que se suma la decisión de Tessa de instalarse en Seattle debido a una oportunidad laboral tentadora, que será una difícil prueba para ambos ya que Hardin no quiere instalarse allí. La dulce e inocente Tessa y el rebelde e impulsivo Hardin guardan secretos que terminan saliendo a la luz aunque hagan promesas de contarse todo. De cualquier manera, todo lo que parece un problema (padre alcohólico, celos enfermizos sin argumento sólido, infidelidades en la familia, planificación parental, etc.) es tratado con liviandad... no se profundiza en ninguno de ellos. Muchas escenas de sexo cual videoclip una y otra vez. Los actores son tan hegemónicos que no se preocupan por hacer creíbles sus personajes y parece que la dirección de Castille Landon tampoco se ocupó de eso. Visualmente agradable, nada más. Sólo para fanáticos, y adolescentes, o pre-adolescentes. Raquel Flotta Prensa #after #AfterWeFell #afterwefellmovie
Es la tercera película de un fenómeno que se originó en la plataforma Wattpad, con más de mil millones de impactos. Eso significa tener un público cautivo que sigue la saga de Tessa y Hardin sin importarles nada más. A tal punto que en esta última entrega hay personajes secundarios que han sido sustituidos sin buscar reemplazos que al menos se les parezcan. Es que todo se centra en lo que les ocurre a Josephine Langford y Hero Fiennes-Tiffin que van y vienen en su relación. Se repite un poco en ciclo de desencuentros en los estallidos conocidos de ira e incomprensión, dosificados con escenas de sexo distribuidas a lo largo de la película, siempre muy bien musicalizadas. Un romance conflictivo que ya no tendrá más entregas.
Volvió la pareja más tóxica e inestable de los últimos años para seguir mostrándonos todo lo que no es sano en una relación amorosa mientras descubren secretos de su pasado y delinean el curso de su futuro. Si, llegó “AFTER: ALMAS PERDIDAS” la tercera entrega de las películas basadas en el best-seller homónimo. Tessa (Josephine Langford) retoma la historia con su padre mientras decide viajar a Seattle por su nuevo trabajo mientras Hardin (Hero Fiennes-Tiffin) aún no se decide si cambiar su estilo de vida para irse con ella. Todo esto planteado en un contexto de enojos y encuentros pasionales que transcurrirán durante todo el film. Un aviso que siento que debo hacer es que los actores secundarios han sido reemplazados por completo. Los personajes siguen siendo los mismos, pero con diferentes actores, esto siempre se presta a una terrible confusión en el espectador. Creo que en este punto falló el equipo de marketing del film al no anunciar con demasiada efusividad estos cambios bruscos. Hablemos de los aspectos técnicos, el guion es muy flojo. No existe siquiera una trama coherente que siga una línea dentro de la película. Cada escena pareciera independiente del resto. No hay una conducción dramática. Vemos peleas sueltas, reconciliaciones, escenas donde los protagonistas hacen el amor sin un sentido narrativo, solo por el simple hecho de mostrarlos como atractivo visual y no funcionales a una trama. Por momentos se subestima al espectador con escenas que son innecesariamente explicativas. Las actuaciones no me llegan a convencer. Todo me parece sumamente superficial desde el minuto uno. No encuentro la empatía o emocionalidad que se debe transmitir en películas de este estilo. La producción está bastante bien, hay varios usos interesantes de las locaciones, los vestuarios son adecuados y la estética acompaña a las entregas anteriores. Esta tercera entrega es la más floja de la saga, por su inconsistencia y abuso de escenas sueltas repletas de aclaraciones fuera de lugar. Tienen un producto interesante para explotar, existe una gran cantidad de público detrás de estas películas y podrían aprovecharlo de una mejor manera. De todas formas, es interesante verla para despertar determinados sentidos, seguir la historia y sacar conclusiones propias. Además, habrá una cuarta entrega que si deseamos verla tendremos que ver, si o si, esta tercera. Por Leandro Gioia
Un bodrio que espanta hasta los más fanáticos Si hay películas que son innecesarias sin dudas “After. Almas perdidas” (After We Fell , 2021), y toda la saga en sí, lo es. La tercera parte de la historia almibarada creada por Anna Todd es tan vacía e inconsistente como melodramática. After. Almas perdidas retoma las vidas de la pareja conformada por Tessa (Josephine Langford) y Hardin (Hero Fiennes Tiffin) que, a pesar de todo el amor que sienten y la pasión sexual desbordada que viven, deben enfrentar nuevas dificultades en su inestable relación para demostrarse que están hechos el uno para el otro. Una continuación donde, salvo el dúo protagonista y la madre de Hardin, fue sustituido todo el elenco por otro que, sin ningún tipo de prurito, en nada se le parece al anterior. Una señal de que nada importa y todo es lo mismo. En esta tercera entrega, Tessa se gradúa y se prepara para mudarse a Seattle tras un ascenso en la editorial Vance Publishing. Hardin, con sus tatuajes y adicciones, se resiste a trasladarse con ella y le ofrece vivir juntos en Londres. Mientras tanto, reaparece el padre de ella tras diez años sin recibir noticias. Aunque intenta reconectar, finalmente hace buenas migas con Hardin, con quien no solo comparte el amor por Tessa, sino también por el alcohol. Vacía en contenido, mal actuada, y filmada como una película televisiva de los años 90, con mucho lujo y sin conflicto, la realizadora Castille Landon recurre a una serie clisés y estereotipos que vuelven todo aún mar burdo y obvio que lo ya visto en las anteriores versiones. La historia, destinada a un público adolescente, subestima al espectador de una manera más que elocuente y le ofrece un melodrama insostenible desde lo narrativo y carente de cine en lo formal. Ni siquiera el componente sexual está explotado en toda su dimensión y aparece forzado dentro de una historia que lo necesita como protagonista. Decir que a After. Almas perdidas le faltan ambiciones sería faltar a la verdad. Pues si que las tiene: una ambición desmedida por recaudar en base a un producto tan mediocre como irreverente.
Crítica de After. Almas perdidas. La tercer parte de la saga romántica llega a los cines, con mucho drama y poco guion. Joaquín Viloria Hace 1 semana 0 55 A la hora de realizar una secuela, más si es la tercera parte de una saga, no solo se tiene que ser coherente con la trama de la película en sí, sino que hay que entenderla como un todo. A pesar de esto, generalmente suelen tener la misma estructura que cualquier cinta, con un inicio, un desarrollo y un final. En el caso de After. Almas perdidas, la tercera entrega basada en las novelas de Anna Todd, no respeta ese esquema, que no es necesariamente malo, si se hubiera ejecutado bien. Ya está aquí el tráiler de 'After. Almas Perdidas' El filme arranca sin vacilar, sin explicar nada, retomando donde quedó el tomo anterior. La protagonista es Tessa (Josephine Langford) que se reencuentra con su padre tras nueve años. Uno esperaría que ese reencuentro y esa relación sería clave en el desarrollo, pero salvo en esas escenas iniciales, casi que no se vuelve a tocar el tema, no se le da más importancia. La verdadera cuestión es que Tess recibió una oferta laboral de Seattle y a su novio, Hardin (Josephine Langford), no le hace mucha gracia. El error de esta cinta está justamente en laAfter 3: Almas Perdidas': fecha de estreno, tráiler... trama principal, ya que nunca ahonda en por qué en la pareja estelar hay tanto drama, por qué se esconden secretos y viven discutiendo, no hay una motivación real para que esto suceda. La cronología a partir de ahí es más o menos la misma: pelea por una mentira, reconciliación, pelea por una mentira, reconciliación, y así hasta el final. La película descansa por momentos en Landon (Chance Perdomo), un amigo de la pareja, que le da ratos cómicos a un drama interminable y exagerado. El error no es que se peleen, sino que no está explicado el motivo de estas peleas y mucho menos el de las reconciliaciones. Los actores de 'After. Almas perdidas' desvelan los secretos del final de la saga y de su fiesta de Halloween - eCarteleraHacia el “Final”, que se puede llamar así solo por un tema cronológico, el guion prepara todo para la revelación de un oscuro secreto, que se supone que daría el impacto necesario para esperar con ansias la siguiente entrega. En realidad, lo que pasa es que terminan haciendo una revelación bastante obvia, y el cierre no tiene nada que ver con el desarrollo. En resumen, After. Almas perdidas es un intento de ser una película de transición entre las primeras dos entregas y las que seguramente vendrán, que no resuelve conflictos del pasado y tampoco genera muchas expectativas a futuro. El problema no es que no respeten la estructura tradicional, sino que en los 99 minutos de duración no hay sobresaltos ni giros de trama, el guión es flojo y las actuaciones en muchos momentos son poco convincentes.
Si After (2019) era una película prácticamente intolerable el lector podrá adivinar los caminos que transita esta tercera parte. La idea de un drama romántico erótico juvenil dividido en tres largometrajes es un desafío para el espectador y todo un festín para los fans. Porque sin clientes, no hay estos bodrios. After: Almas perdidas (After We Fell, 2021) narra los conflictos de los protagonistas que incluyen separación por el trabajo, traumas familiares y peleas varias. Todo esto con una asombrosa capacidad de narrar de forma aburrida y sin gracia cada una de las escenas. La tibieza de la película la vuelve imposible, ya que tampoco cae en excesos divertidos o un margen de locura para causar gracia. Es mala sin gracia, un pecado imperdonable. Los cambios de casting que la pandemia provocó la hacen aun más rara, pero el detalle más triste es que Selma Blair tuvo que ser reemplazada por Mira Sorvino. Blair fue diagnosticada con esclerosis múltiple y debió abandonar su carrera. Prefiero terminar hablando de estas dos actrices que de la película. No hay manera de explicar lo aburrida y televisiva experiencia de tener que ver dos horas más de esta saga.