Esta ópera prima de Charlotte Wells es un recuerdo de unas pequeñas vacaciones y una pregunta del que hubiera sido. Aftersun muestra como la depresión es una carga pesada con la que algunos deben llevar todos los días sin poder hacer mucho. Ambientada en los 90s, Paul Mescal interpreta a un padre soltero que naturalmente quiere hacer lo mejor para su hija. Pero hay cosas que ni siquiera el amor más puro puede contener.
Sophie, de grande, revive a través de una cinta de video unas vacaciones con su papá veinte años atrás. Conoció al padre, más no al hombre. Hoy, con suficiente edad y un hijo, pareciera intentar conseguir algunas respuestas. Establecido ese tiempo, pasamos a ser testigo por una hora y media de la pequeña Sophie (Frankie Corio) y las aventuras en un hotel de Turquía con su padre.
Aftersun trata éxitosamente la paternidad, la infancia marcada y la depresión. Sophie, con una mentalidad más grande de lo que parece, es casi ya independiente. Su padre, agradable y divertido hace todo lo que esta en su alcanze para que ambos tengan unas buenas vacaciones. Y aunqué si lo logra, siempre esta presente la sensación de que es ella la que lo cuida y no al revés.
A pesar de tratarse de unas vacaciones, el film de A24 es una home movie. Por momentos soleada y ligera, y por otros, pesada y oscura. En realidad, está todo bien, pero la sensación que corre en la sala de cine es que algo muy malo está cerca de pasar. Una carta de amor a aquellos que no conocimos del todo. Un film nostálgico y devastador.
El montaje final trae una de las mejores escenas del año que te dejara temblando. También hay una escena en la playa de noche, en la que querrás levantarte del asiento y entrar a la pantalla. Aftersun es una de las sorpresas del año. Mescal hace un grandísimo trabajo y necesitamos para ya mismo algo nuevo de la pequeña Frankie Corio.