Lucha de titanes: una tierna caricia a los ídolos de la infancia
No se puede sino agradecer cuando uno se encuentra con documentales de este tipo. Argentina ya es un bastión latinoamericano en cuanto al nivel de producción en el género y se hace cada vez mejor.
A priori pareciera ser que “Agárrese como pueda” es un recorrido gigantesco, minucioso y detallado, por la historia del catch en la Argentina, que va desde el gran “Hombre Montaña” que junto a otros hombres robustos y macizos estuvo en los inicios, pasando por Martin Karadagián hasta llegar a nuestros días. Para los que no nos perdíamos una sola emisión de “Titanes en el ring” es como incorporar a lo que ya sabíamos en esa época, todo la historia que queríamos saber y no se podía contar.
Hay tanto amor, cariño y nostalgia por parte de sus directores Claudio Celada, Nicolás Bratosevich y Javier Romero que se hace evidente la honda preocupación por ir hacia atrás en el tiempo, la enorme cantidad de horas y horas de investigación, el trabajo de compilación del material de archivo y la triste decisión de tener que dejar cosas afuera. Sin toda esta pasión por la temática abordada en “Agárrese como pueda” directamente no habría película.
Hay dos ideas centrales que prevalecen aquí. La primera, es colocar a esta disciplina en el lugar que claramente se merece. El catch, más allá de sus orígenes en la Grecia y la Roma antiguas, es una combinación de teatro, clown, circo propiamente dicho, danza y todas las variables de grotesco exacerbado para lograr los puntos dramáticos de cada pelea. Una clara forma de arte hecha entretenimiento. La segunda, es poder darles a los hombres y mujeres que se dedicaron a esto, y llegaron a construir un imperio del espectáculo, un lugar de pertenencia muy cercano a la gloria, construida a base de exponer el cuerpo hecho personaje. En este sentido hay una forma de reivindicación que se transforma en dignidad a través del texto cinematográfico. Eso que ocurría con “El luchador” (Darren Aronofsky, 2008), interpretado por Mickey Rourke, ocurre aquí también subiendo a los que todavía están y a los héroes de ayer a un emotivo pedestal.
De narración tradicional, mezclando entrevistas con material de archivo, “Agárrese como pueda” es una invitación a recorrer mucho más que la historia del catch, porque la utilización de la música (esos tangos están tan bien puestos), la compaginación y la información nos lleva a un viaje al pasado, para que estas generaciones sepan de los códigos de otros tiempos en una Buenos Aires prostibularia, arrabalera, y definitivamente barroca. El Luna Park sin techo, el Babilonia (“en el Babilonia está la paponia” ¿se acuerda?), y el Parque Retiro son algunos de los lugares que también brillan en la memoria.
Celada, Bratosevich y Romero logran lo que se proponen: una caricia a los ídolos de la infancia de millones, por un lado, y hacer una muy buena película sobre ello, por el otro. En ambos casos el objetivo está cumplido.