Guy Ritchie dejó atrás sus períodos iniciales, cuando los trucos visuales, generalmente excesivos, lo convirtieron en un cineasta de culto de gran repercusión. Probó luego vender su oficio para proyectos infames con resultados desparejos. Ahora parece estar encontrando finalmente un cierto equilibrio entre su experiencia y su capacidad de narrar historias de acción con simpatía.
En Agente Fortune (Operation Fortune: Ruse de guerre, 2023) el agente del MI6 Orson Fortune (Jason Statham) y su equipo (Aubrey Plaza, Bugzy Malone) reclutan a una de las estrellas de cine más importantes de Hollywood (Josh Harnett), para que los ayude en una misión encubierta para rastrear y detener la venta de nuevas tecnologías de armas mortales, a manos del multimillonario Greg Simmonds (Hugh Grant). Desde el comienzo queda claro que se trata de una misión de espionaje con McGuffin y todo, al estilo Guy Ritchie con su humor y algunas de sus excentricidades, pero con un estilo más clásico del que él practicaba en sus inicios.
Guy Ritchie ya pasó de moda, lo que le juega a favor y en contra por partes iguales. Su cine tiene una dignidad que el cine de género hoy casi no tiene, con la excepción de las sagas de John Wick y Misión: Imposible, que juegan al nivel máximo. Comparada con las producciones caras e inmirables de Netflix, es una pieza clásica. Y lo que sí sigue logrando Ritchie es que sus actores aprovechen al máximo su carisma. Jason Statham, Aubrey Plaza, Josh Harnett, Cary Elwes y Hugh Grant logran que la película alcance una calidad aceptable aunque no ofrezca nada nuevo.