“Tan insustancial que hace que Los Ángeles de Charlie parezca digna de Cannes”. “Una película de robos frustrante y trillada”. “Qué pena empezar 2022 en el cine con este bodrio vacío y sin alma”. Las frases corresponden a fragmentos de varias críticas inglesas y estadounidenses que despachurraron a Agentes 355 con particular saña.
Es cierto que la película de Simon Kinberg es una típica historia de acción que lleva por el mundo a sus protagonistas para desbaratar los planes de caos planetario pergeñados por uno de esos villanos maquiavélicos sacados de una de James Bond. Tan cierto como que exhibe una conciencia plena de sus limitaciones y que sabe muy bien qué quiere ser y, lo mejor, cómo hacerlo.
Que nadie espere una revolución del lenguaje audiovisual ni tampoco una de esas películas que dejan huella en la pantalla grande. Pero de allí a catalogar como “bodrio” o “frustrante” un ejercicio de género correcto y entretenido, hecho con ritmo y la inevitable cuota de inverosimilitud que suelen presentar los relatos de espionaje internacional, hay una distancia enorme.
Coproducción entre Estados Unidos y el poderoso mercado audiovisual chino, lo que explica que la última posta de un recorrido que incluye cafés parisinos y mercados marroquíes sea la opulenta Shanghái, Agentes 355 comienza con una agente de la CIA (Jessica Chastain) intentando evitar que un arma secreta capaz de manipular el uso de Internet caiga en las manos equivocadas. Luego de que el operativo falle, unirá fuerzas con una agente alemana que en principio es su rival (Diane Kruger), una especialista informática aliada del MI6 británico (Lupita Nyong’o) y una psicóloga colombiana (la española Penélope Cruz haciendo lo que puede con el acento cafetero).
Lo que sigue, es verdad, se ha visto mil veces antes: las chicas, cuya dinámica interna empuja a Agentes 355 al terreno de una buddy movie, trazan los mil y un planes para hacerse de un dispositivo anhelado por un buen número de multimillonarios. Habrá, desde ya, traiciones, identidades dobles y una gran cantidad de escenas de acción filmadas con buen pulso por el también guionista de parte de la saga X-Men. No será mucho, pero tampoco es el desastre que preanunciaban desde el Norte.