Penélope Cruz, Jessica Chastain y una película sin ideas
Agentes 355, la película dirigida por Simon Kinberg, es un intento fallido más de tomar un nicho comercial de público relacionado con cambios sociales necesarios (empujados por reclamos fuertes que activan victorias) y hacer dinero con ello.
Bueno, tal vez sea hora de hacerle entender a los estudios, y a los directores, que sin un buen guion no alcanza. Que aún si lograran reunir a las estrellas más reconocidas del planeta y todas se encolumnaran detrás de una historia que pretenda graficar ese empuje social de los tiempos que vendrán, si una historia no funciona, es simple: no funciona.
Agentes 355 no tiene ni pies ni cabeza. Parte de una premisa floja, intenta explicar la conformación del equipo de mujeres especialistas en inteligencia (Penélope Cruz, Diane Kruger, Jessica Chastain y Lupita Nyong’o) sin darles buen sustento, con una anécdota histórica floja, vacía, poco creíble dentro del contexto de ficción, en principio real pero lejana y poco firme, sobre una de las primeras espías de los Estados Unidos durante la Revolución Americana, cuyo nombre en clave de da título al film. Es entonces que el relato se desarma y pierde enfoque.
Del resto no hay mucho que decir. Las cuestiones técnicas, las consideraciones generales que hacen que una película se vea mejor o peor en la pantalla, en todo o en sus partes, se cumplen y es entendible, porque si además de lo ya dicho, fallaran también los puntos referentes a ello, con semejante presupuesto sería una vergüenza. Suele suceder, aunque por suerte este no es el caso.
Para estas agentes, si acaso cabe el consejo, les dejo mi ayuda: pueden ver cómo manejan las cosas Sidney y Gale en Scream. A ellas no les va nada mal.