Luego del desastre que hizo en X-Men: Dark Phoenix, que representó el tiro de gracia final a la saga de los mutantes, Simon Kinberg vuelve a ofrecer otra película horrenda con esta inepta incursión en el género de acción.
Un sujeto que hizo una carrera decente en Hollywood donde fue responsable de filmes de calidad como The Martian, Cenicienta y Sherlock Holmes (Guy Ritchie) pero en su faceta como realizador hasta ahora llamó la atención por su incompetencia.
La premisa de la trama presenta una mezcla entre Los Ángeles de Charlie y Misión: Imposible con una historia genérica donde un grupo de agentes femeninas deben impedir que se desate la Tercera Guerra Mundial.
Una idea que por cierto hubiera sido más efectiva si se trabaja desde la sátira, sin embargo el film escoge el camino contrario y genera que todo resulte más ridículo. El argumento es tonto, los personajes no tienen un mínimo desarrollo y el mismo tipo de conflicto en el pasado se trabajó en producciones mejores.
Sin embargo el gran problema del film no pasa por estas cuestiones sino por la dirección chapucera de Kingberg, quien desperdicia un reparto que estaba para más. La debacle surge en los primeros minutos con una persecución deplorable entre Jessica Chastain y Diane Kruger que sienta las bases del tratamiento que le otorgará el director a la acción en el resto del film.
Toda la secuencia es retratada con la nefasta cámara movediza que no se detiene un segundo e impide registrar lo que ocurre en la pantalla de un modo claro y prolijo. A esto se le suma los reiterados cortes de edición que arruinan permanentemente la tensión de la situación que se presenta y dan como resultado una película para el dvd concebida en el 2002.
Kingberg no demuestra el mínimo interés en elaborar escenas de acción emocionantes y después de la tercera pelea y tiroteo filmada con el mismo estilo, su trabajo resulta mediocre y redundante.
Hasta la serie de televisión Nikita, con Peta Wilson, de fines de los años ´90 tiene momentos de ese tipo mucho más destacados que este bodrio, que tampoco funciona en lo argumental. Las heroínas son caricaturas sin vida que nunca consigue formar un equipo con química, en parte porque el guión tampoco les da espacio para que se conecten entre sí.
Dentro del reparto Diane Kruger y Lupita Nyong'o lo único destacable de este estreno) le ponen un poco más de onda a sus personajes y con eso les alcanza para sobresalir frente a sus compañeras que trabajan en piloto automático.
El peor caso es el de Penélope Cruz quien suele expresar más entusiasmo en las publicidades de perfume. No ayuda tampoco el ritmo de la narración que genera que los 124 minutos de duración se vuelvan interminables. Como propuesta de acción Agentes 355 es realmente olvidable y por ese motivo cuesta recomendar su visionado en el cine.