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Crítica de María A. Melchiori - Cine & Medios

Elogio de la mujer fuerte

Hipatia (Rachel Weisz) es la única hija de un filósofo y enseña en el Serapeo de la legendaria Alejandría a un grupo selecto de jóvenes aristócratas romanos. Fiel a su instinto de cuestionarlo todo, es testigo privilegiada y casi inmutable de una época de cambios: la histórica ciudad egipcia se debate en virulentas contiendas relgiosas entre paganos, judíos y el floreciente cristianismo. Nada de esto aparta jamás a esta tenaz mujer de sus convicciones ni de la finalidad última de su existencia: rebatir el paradigma ptolomeico que explica el comportamiento del sol, la Tierra y los planetas, llamados "errantes" en aquel momento del tiempo.
Dos hombres de su entorno más cercano la pretenden. Uno de ellos, Orestes (Oscar Isaac) es un joven alumno, pragmático y destinado a convertirse en figura prominente de la política local. Otro es su esclavo, Davos (Max Minghella), condenado a verla y escucharla todos los días sin poder abandonar su condición vil. Cuando los cristianos toman por asalto la ciudad, al sentirse provocados, Davos obedece al llamado de la nueva fe con la esperanza de ganar su libertad y se vuelve contra todo aquello que conoció desde la cuna. Sobreviene la inevitable debacle: los paganos deben sufrir el asedio y destrucción del Serapeo, e Hipatia, desterrada de sus ámbitos amados, continúa enseñando en su propia casa y desarrollando ideas que el floreciente régimen político, preñado de cristanismo, considera blasfemas y peligrosas.
A la manera del "Alexander" de Oliver Stone (pero lejos de sus pretensiones solemnes y con mucha más onda), Alejandro Amenábar toma un episodio histórico y con muchísimas licencias, lo convierte en una excusa para relatar la vida de Hipatia, filósofa alejandrina del siglo IV que se destacó por sus ideas radicales en geometría y astronomía, y por la extrema libertad con la que se permitió vivir en un tiempo donde la libertad de pensamientos era nominal, protocolar.
Más allá de los efectismos y las obviedades que son funcionales a la historia que se presenta, la actuación de Rachel Weisz (no por nada el peso del filme recae sobre ella) consigue momentos conmovedores . No es el mejor trabajo de Amenábar, y si tenemos en cuenta de la magnitud de la producción que encara aquí podríamos hablar de su primer fallido funcional. Sin embargo, la tensión narrativa y lo ajustado de las transiciones hacen de este filme una buena opción, sino la mejor, entre los estrenos de la semana.