Agosto

Crítica de Marcelo Menichetti - La Capital

Cada casa es un mundo..., reza la sentencia de épocas en las que los refranes eran faros que guiaban a quien buscara filosofía de entre casa. “Agosto”, la película por la que Meryl Streep seguramente ganará otro Oscar por su extraordinaria interpretación de una madre que navega por los mares de la vejez, perdida por las drogas disfrazadas de medicamentos, narra una historia dura, terrible, pero peligrosamente parecida a las realidades de los universos encerrados en cualquier casa de familia occidental. El relato comienza cuando tres hermanas se reencuentran en su casa natal para asistir al funeral del padre. En el antiguo hogar se reúnen con su madre y con sus tíos, y el mundo comienza a temblar con las revelaciones que se producen mientras cumplen con la ceremonia de la comida del funeral. Con un elenco de primera línea donde brilla Meryl Streep y cumplen correctamente con sus roles Julia Roberts, Ewan McGregor y Juliette Lewis, la película se convierte en una sucesión de golpes propinados en dosis exactas que otorgan credibilidad al argumento. El filme, que sorprende por su dureza, pone al descubierto los problemas que en una familia suelen ocultarse a la espera de que el tiempo acomode cosas que sólo pueden poner en su lugar los protagonistas de la historia.