Mi mamá me mima (poco)
“Agosto” es un filme de actuaciones, y su elenco es un seleccionado de 11 grandes intérpretes.
Una obra de teatro trasladada a la pantalla, por lo general, gana y pierde.
Agosto, además de tener en su trama tantos elementos sobre el derrumbe de una familia que dejan al espectador entre groggy y exhausto, es el tipo de pieza que se basa en las actuaciones.
Es que para ayudar a sobrellevar tantos infortunios, y los desvíos melodramáticos, y tantos momentos en que los personajes están muy arriba, y explotan, y… hay que contar con un elenco de excepción.
John Wells, productor fructífero, guionista de varios capítulos de ER Emergencias y de The West Wing, debe haber puesto como condición tener a este verdadero seleccionado que parece un equipo de fútbol, once intérpretes de primer nivel a su cargo. Haberlo conseguido es su mayor mérito.
Es que casi todo transcurre en la casona en el campo de los Weston, donde la intolerable, insoportable, fastidiosa, irritante, cruel e hiriente Violet (Meryl Streep) espera a su familia tras la desaparición de su esposo escritor (Sam Shepard).
Que las cosas nunca estuvieron bien, que las relaciones entre los integrantes de esa familia están lejos de basarse en el respeto -parecen fundamentarse en el miedo y la mentira- se desvela pronto. De las tres hijas, Ivy (Julianne Nicholson) es la única que se quedó allí. Barbara (Julia Roberts) y Karen (Juliette Lewis) hicieron su vida lejos del condado de Osage. El regreso a casa será entre truculento y liberador.
La película dura dos horas, una menos que la puesta en escena que estrenaron aquí Norma Aleandro y Mercedes Morán, en los roles que ahora abordan Streep y Roberts, ambas muy merecidamente candidatas al Oscar como actrices protagónica y de reparto. Si el lector vio la obra, no es necesario recordarle qué es lo que enfrenta a todos. Y si no la vio, prepárese porque cuando crea que ya ha visto y oído todo, queda mucho por descubrir.
Decíamos que en la adaptación al cine una obra teatral gana y pierde. Aquí fue el mismo autor Tracy Letts (que ganó el Tony y el Pulitzer por ella, y que también es actor: estuvo en la última temporada de Homeland), el encargado de “comprimir” algunas acciones. Pero bien que dejó los momentos más álgidos, intensos y graves.
En los ojos, las actitudes y los gestos de Streep hay más de un indicio de qué es lo que motiva lo agria que es Violet. Háblese de duelo actoral, de tour de force, de peso específico como actrices, pero cada vez que Roberts le clava la mirada a Streep, chispas es lo menos que brotan.
Tal vez todo sea demasiado, excesivo. Que en una sola familia pasen tantas cosas resulta abrumador, pero el teatro, como el cine, a veces es el arte del engaño. Está en cada uno dejarse llevar de las narices por este seleccionado que encabeza Streep, pero que tiene a Chris Cooper, Ewan McGregor, Dermot Mulroney, Benedict Cumberbatch, Juliette Lewis, Margo Martindale y a Abigail Breslin, además de los nombrados, sufriendo y haciendo sufrir de lo lindo.