ROMPER CADENAS
Manteniendo los aspectos básicos de sus anteriores trabajos -la protección, concientización y denuncia dentro del ámbito ecológico-, el cuarto largometraje dirigido por Juan Pablo Lepore, Agroecología en Cuba, invita -a cien años de la revolución rusa- a pensar en la agroecología como opción y necesidad en la construcción de soberanía alimentaria, tomando la experiencia de Cuba como referencia y planteando que otro tipo de campo es posible.
El film se inicia en 1959, en el comienzo de la revolución cubana cuando la victoria del socialismo en la isla motivó que Estados Unidos imponga un bloqueo económico internacional contra la isla. Por este motivo es que Cuba se vio obligado a generar un intercambio más fluido con la URSS, hasta 1989 cuando la caída del comunismo motivó un desequilibrio en la economía cubana.
Esta situación generó un problema de seguridad alimentaria en Cuba y llevó a que se piense y desarrolle un nuevo tipo de producción agrícola, denominada agroecología que sirvió para paliar la crisis sobre valores de autoabastecimiento de los alimentos, educación y participación popular intergeneracional y multidisciplinaria. De esta manera, el país caribeño se convirtió en un modelo en la producción de alimentos sustentables y ecológicos.
Este trabajo de factura sencilla y correcta, contiene su potencial en el mensaje que transmite, un proyecto exitoso de agroecología que, en tiempos donde resulta necesario plantear un cambio de paradigma agropecuario a los fines de combatir el cambio climático, es una saludable salida y muy beneficiosa para todos.
Mediante la entrevista de varias personas especializadas, Agroecología en Cuba expone en forma clara y concreta los aportes positivos que contiene esta manera de trabajar el suelo, presentado los distintos aspectos que se han analizado y se han puesto en práctica para lograr este modelo exitoso, en momentos donde Cuba no tenía otra salida. Esto lleva a pensar que cuando las cosas quieren hacerse bien, se pueden reflexionar y plantear de buena manera sin importar lo apremiante del contexto.
Sin abarcar en exceso el tema político, sólo centrándose en el aspecto agroecológico que pretende exhibir, Agroecología en Cuba no se destaca por su factura técnica. Pero la idea que persigue, la claridad de las exposiciones y esta ruptura que plantea con el modelo agropecuario agotado, que todavía domina nuestro país, hacen que este documental resulte muy atractivo para entender que existe una salida para evitar el cambio climático. Sólo hay que hacer lo más difícil, tomar la decisión.