Fronteras adentro.
Roly Santos dirige este policial duro que gira en torno a la trata y al tráfico de niños en un escenario donde la ley está completamente ausente y en el que reina el poder de aquellos que tienen los privilegios de clase y gozan de la complicidad de todo tipo de instituciones.
La triple frontera entre Argentina, Brasil y Paraguay es el reducto ideal para cualquier negocio oscuro. Llegar a sumergirse en ese pequeño antro salvaje reduce toda chance de no verse involucrado o salpicado por la corrupción, o caer en un juego donde la toma de decisiones van más allá de la ética.
En ese cruce de dilemas, lo fronterizo también se encuentra arraigado en las conductas tanto del protagonista, quien debe aceptar el encargo de una misión prácticamente riesgosa, mientras transita una crisis personal y la necesidad de recomponer lazos afectivos con una hija.
Personajes variopintos, paisajes hostiles, sexo y violencia coronan un relato de crudeza y bastante realista por lo que se cuenta en este policial negro que por momentos refleja irregularidades en su ritmo y disparidades en las actuaciones, sin embargo alcanza a mantener cierta tensión en el espectador.