Una caja de pizza vaya a saber uno de cuándo, reposa arriba de la mesada. En la pileta, tazas y platos sucios se acumulan. El teléfono suena, el hombre se ofende porque quien lo llama no siguió la condición que él tiene, amenazando con que la próxima, si no lo hace sonar dos veces, no va a atender. Luego le miente al contarle que almorzó fideos con tuco, mientras se lo ve comer arvejas de una lata.