La trastienda de los negocios deportivos
Tras varios años sin dirigir desde Vivir de Noche (Live by Night, 2016), Ben Affleck regresa con Air (2023) a la combinación de roles, aquí nuevamente como director, actor y productor sobre un guión de Alex Convery acerca de la historia de la creación de las zapatillas Air Jordan que catapultaron a la empresa norteamericana Nike a la cima mundial del rubro del calzado deportivo, aparentemente gracias a la pasión de uno de sus empleados de marketing deportivo.
Con una lógica muy similar a la de Moneyball (2011), el film de Bennett Miller protagonizado por Brad Pitt, Affleck recrea aquí los pormenores de la firma del contrato de exclusividad entre la marca Nike y el basquetbolista estadounidense Michael Jordan (Damian Delano Young) a mitad de los años ochenta, algo que generaría un gran revuelo en el deporte por el monto, las condiciones de regalías por la venta de las zapatillas con la marca Jordan y el éxito del calzado del novato basquetbolista, quien se volvería una sensación unos pocos años más tarde tras ganar el campeonato en varias oportunidades.
En este drama de marketing deportivo, el analista de talentos Sonny Vaccaro (Matt Damon) es un profesional apasionado al básquet cuya tarea es predecir qué jugadores novatos se convertirán en las futuras estrellas de la Asociación Nacional de Básquet de Estados Unidos, conocida por sus siglas NBA (National Basketball Aassociation). En 1984 Sonny asesora a Nike, que ocupa el tercer lugar en el mercado de zapatillas deportivas detrás de Converse y Adidas, esta última una corporación alemana sumida en las peleas internas entre los herederos de la empresa fundada por Adolf Dassler. Mientras que todo el resto de la batería de asesores contratados por el departamento de marketing de Nike proponen nombres de jugadores novatos en los que podrían invertir los 250 mil dólares que la empresa destina a promocionar jugadores, Sonny propone otorgarle todo el dinero a un solo jugador, dada la imposibilidad de conseguir más financiación para promocionar tres jugadores. Vaccaro esta convencido de que Nike debe invertir todo en el novato Michael Jordan de los Chicago Bulls, que a la postre se convertirá en uno de los mejores jugadores de básquet de la historia durante la década del noventa y en una celebridad transformada en marca global. Ante la negativa del agente de Jordan, David Falk (Chris Messina), de organizar una reunión sin una oferta formal, y de las dudas del presidente y fundador de Nike, Phil Knight (Affleck), y del director de departamento de marketing, Rob Strasser (Jason Bateman), Vaccaro viaja para visitar a la familia Jordan y se reúne con la madre, Deloris (Viola Davis), que decide privilegiar a Nike a pesar de la preferencia de Jordan por Adidas.
Al igual que Moneyball, Air hace hincapié en la trama de marketing y estrategias detrás de los negocios corporativos, en este caso la consolidación de la marca Nike y la creación de la zapatilla Air Jordan, concebida por Peter Moore al igual que el característico logo de Jordan saltando con el balón, personaje aquí interpretado muy bien por Matthew Maher.
En lugar de utilizar a la nostalgia como apelación emotiva, Affleck la incluye en la trama como un recurso más, táctica que no reniega de la melancolía para atrapar al espectador pero tampoco abusa del dispositivo nostálgico para hipnotizarlo con el fetiche retromaniático transformado en un regreso al pasado sin sentido. Esta decisión diferencia a Air de muchas películas de época actuales que con o sin intensión se sumen en la ridícula celebración de la melancolía reaccionaria adulta de un tiempo pasado donde todo era más simple, sensación producto de la derrota de los proyectos de transformación social y del disciplinamiento capitalista de los trabajadores desde la década del setenta.
Lo mejor de la película son claramente la actuación de Viola Davis como la madre de Michael Jordan, Deloris, y la elección musical de Andrea von Foester de una compilación de temas de los ochenta muy efectiva que crea un clima de época con bandas y solistas consagrados y recordados, como Dire Straits, Alan Parsons Project, Big Country y Bruce Springsteen, a los que se suman artistas con éxitos menos resonantes como Squeeze y Dan Hartman. También se pueden escuchar fragmentos de grandes clásicos del período como All I Need is a Miracle, de Mike & the Mechanics, Can’t Fight this Feeling Anymore, de REO Speedwagon, y Computer Love, de Zapp & Roger, entre algunos de los temas más conocidos de esta catarata de recuerdos que Affleck maneja con la inteligencia que caracteriza a su cine desde su gran debut con Desapareció una Noche (Gone Baby Gone, 2007), seguida después por las también estupendas Atracción Peligrosa (The Town, 2010) y Argo (2012).
Air logra narrar con una gran eficacia la historia de las Air Jordan gracias a una combinación de buena contextualización de todos los actores y los negocios en juego, una gran banda sonora de los ochenta para mover el esqueleto y excelentes actuaciones de una Viola Davis descomunal y un gran elenco encabezado por Matt Damon, Jason Bateman y el propio Affleck caracterizando al excéntrico presidente de Nike, secundados por David Falk, Chris Tucker y Matthew Maher, quienes recrean esta simpática historia de éxito capitalista de parte de un deportista talentoso, algo que siempre genera empatía y algarabía en los fanáticos de los deportes de alta competición.