“AIRE LIBRE”: OBRA A PUNTO DE EXPLOTAR
Todo globo, excepto que sea inflado con gas, en algún momento se revienta. Pasa en los cumpleaños, en las fiestas de fin de año y también pasa en los recitales de música. Su función es simple: dar color, pero su problema más grande es que no tienen mucho tiempo de vida. Uno los infla y ata delicada y cautelosamente para que después venga un chico de cinco años y lo eche todo a perder. Y eso es lo que me generó ‘Aire Libre’, el nuevo largometraje protagonizado por Celeste Cid y Leonardo Sbaraglia. La película es un globo. Ahora voy a dar mis razones.
El relato se sitúa en un momento casi azaroso de la vida de Lucía y Manuel. Nadie le tiene que explicar nada al espectador, la cámara se posa a un costado y se mete de lleno en el día a día de esta gente. Con el correr de los minutos, uno se irá informando y así podrá atar hilos. La pareja quiere cumplir su sueño y construir su propia casa, pero por el contrario, a partir de esos nuevos cambios, su relación empieza poco a poco a destruirse.
La película empieza muy tranquila y hasta casi más de la mitad de la misma no pasa nada sumamente interesante. De esta manera, el globo se empieza a inflar de a poco y ya casi está listo para decorar la sala. Se ve estancada debido a la abusiva utilización del recurso de los silencios y las tomas largas (justamente el aire libre). Por culpa de ello, pareciera que tendría más éxito que este film un compilado con todas las escenas en las que aparece Celeste Cid desnuda. Lo mejor por lejos, sin ninguna duda. Muchachos, mírenla con carpa.
Grandes ataques impulsivos de la mujercita, buenos gritos de Sbaraglia. Dos verdaderos actores argentinos que están a la altura del cine como arte de expresión. Nada de segunda mano, excepto el intento de actuación del ‘Turco’ Naim. Por otro lado, aparece una sensual versión de “Provócame” de Chayanne que esta vez conduce hacia el fuego de la tentación a la propia Lucía.
A esa altura de la película, la gente ya está jugando con el globo y los elementos filosos rondan cerca. Discusiones, broncas acumuladas, parejas que hacen el odio y no el amor, amantes, gritos, un hijo de por medio. Todo junto. Toda la información que se nos brindó paralelamente durante la aburrida primera mitad empieza a entreverarse y generar conflictos. La presión adentro del globo es infinita, todo quiere explotar y el aire libre tiene que aparecer. Nadie respira tranquilo.
En síntesis, “Aire libre” es un drama muy intenso pero que por momentos cansa a los ojos. Pareciera que se podría haber apostado mucho más ya que se observaron elementos y reparto suficiente para poder hacerlo bien. La película muestra tantas cosas ciertas y reales de la vida que resulta difícil querer ir al cine para sentir por dos horas lo mismo que vivís afuera de la misma sala. Nunca está de más ver cine, sobre todo si es argentino.