A pesar de ciertos excesos melodramáticos, el último titulo de Jason Reitman mantiene el mismo nivel que sus anteriores trabajos.
Jason Reitman es, a mi entender, uno de los realizadores más inteligentes trabajando actualmente. Todas sus películas son narradas con mucho tino, sacándole todo el jugo posible a todas y cada una de las herramientas que tiene para ofrecer el arte cinematográfico, y abarcando (haya escrito o no el guion) temas complejos con mucha sensibilidad. Aunque Aires de Esperanza está lejos de alcanzar la solidez de sus títulos más logrados, es una obra muy bien narrada.
¿Cómo está en el papel?
Adele Wheeler es una madre soltera que vive con su hijo de 13 años, Henry. Un día cuando van a comprar ropa, se cruzan con Frank, un convicto que escapo de la cárcel, donde purgaba una condena por homicidio. Este los obliga a llevarlo a su casa para esconderse de la policía por un tiempo. Durante ese tiempo, casi sin darse cuenta y a pesar de tener a la policía comiéndole los talones, empiezan a ser la familia que los tres necesitaban. Paralelamente, también descubrimos, lenta pero seguramente, porque Frank termino en la cárcel.
Aunque la película abarca bastante el tema de la sexualidad como sensación, donde se atreve a ahondar es en el rol de la misma como generadora de descendencia, y como el deseo de la misma con tanto afán –al igual que la frustración de ese deseo– puede destruir relaciones y matrimonios, por no decir una herida psicológica difícil de sanar.
El guion tiene la inteligencia de encararlo narrativamente, en su mayoría, desde el punto de vista del jovencito que realiza un rito de maduración entre la sugerida historia de amor entre su madre y el ex-convicto, y digo sugerida porque las manifestaciones afectivas entre ambos no surgen sino hasta que se acerca el desenlace; hasta entonces las percibimos todas desde el plano sonoro del punto de vista de Henry, y hasta adquieren más credibilidad de esa manera que cuando Reitman decide materializarlas ante los ojos del espectador. Si bien la peli comete ciertos excesos melodramáticos (a un paso del golpe bajo), mantiene mucho gancho en las subtramas; en particular la de Frank, de quien Reitman esparce solo lo justo y necesario para que nos quedemos hasta el final y sepamos el por qué de su situación.
¿Cómo está en la pantalla?
Por el costado actoral Kate Winslet, como es de esperarse, es lo más alto a nivel interpretativo que tiene para ofrecer la película, aunque se debe destacar que Josh Brolin no se queda para nada atrás.
El nivel técnico de la película es impecable en todos los rubros: Fotografía con ricas composiciones y utilización de los colores, un montaje estratégico y una utilización del sonido como pocas veces se ve. Párrafo aparte merece la dirección de arte que está plagada de guiños cinéfilos ochenteros.
Conclusión
Aires de Esperanza es un film muy bien narrado y muy bien actuado. Consigue enganchar al espectador con su conflicto y con las emociones de sus personajes; a pesar de que por momentos ese melodrama le juegue más en contra que a favor. Lo concreto es que estamos ante una película que aunque no tenga destino de clásico, tiene una realización que es de destacar.