Primera buena sorpresa: De Niro no interpreta a un italoestadounidense relacionado con la mafia, como lo hace en las dos películas en cartel “Una familia peligrosa” y “Escándalo americano”, sino a un boxeador irlandés, irónico y pendenciero. Segunda: tanto él como Sylvester Stallone son “adultos mayores”, pero no tienen ninguna intención de jubilarse. Tercera: en la película hay bastante humor del conocido humor yanqui: doble sentido, juegos de palabras (atento a lo que dicen y no traduce el subtitulado). Y cuarto: ¿quién dijo que Hollywood no tiene personajes para los “adultos mayores”? (que este filme prefiere nombrar y mostrar sin tanta corrección y con más desparpajo, sin por eso resultar ofensivo). “Razor” Sharp (Stallone) y The Kid (De Niro) son dos ex boxeadores enfrentados desde el pico de su gloria por motivos que se develarán al promediar el filme, cuando ambos decidan volver al ring para dirimir la cuestión. En el medio habrá un hijo demandante, una mujer despechada (la muy bella y sin cirugías a la vista Kim Basinger), una historia de amor entrecruzada, secretos revelados y un final reservado para los títulos que vale la pena esperar. El director supo extraer lo mejor de lo que pudieron dar ambos actores. Aunque lo que cuenta puede resultar inverosímil y se ajusta a ciertas convenciones, esta “extraña pareja” da pelea hasta el final.