Un extraño camionero (Gerardo Romano) es convocado para transportar una carga secreta hacia la Patagonia. No hace preguntas, parece tener muy clara la importancia de su misión y lo peligroso de lo que transporta. Todas sus precauciones no evitan que en la ruta protagonice un accidente de tránsito con Cecilia (Moro Anghileri), momentáneamente distraída por otra conductora detenida al costado del camino. cine al 3er día al tercer díaConfundida y debilitada, al tercer día Cecilia reaparece en una estación de servicio, sin recordar nada de lo sucedido desde el momento del choque y desesperada por encontrar a su pequeño hijo, quien viajaba en el asiento trasero del automóvil. Acusada por su ex marido (Diego Cremonesi) de haber secuestrado al niño y temiendo que la consideren sospechosa de una historia donde los otros implicados han desaparecido, Cecilia decide escapar del hospital para buscarlo por sus propios medios. Perseguida por su ex y por el detective a cargo del caso (Osvaldo Santoro), Cecilia solo consigue la ayuda de su médico (Lautaro Delgado Tymruk) que preocupado por su débil estado de salud acepta acompañarla y hasta ofrece la clave para destrabar los recuerdos perdidos al tercer día del incidente. Al Tercer Día, entre el policial y el horror Voy a sacarme de encima rápido el principal defecto que encuentro en esta película, para poder pasar al por qué terminó siendo algo muy poco relevante en el producto final: alcanzan diez o quince minutos para sospechar con bastante precisión qué es lo que está sucediendo en Al tercer Día y lo que va a suceder en adelante. Ni siquiera hay que ser experto en el género ni estar prestando demasiada atención, hay varios indicios muy evidentes tanto en los diálogos y en la puesta de escena que anticipan el tema de fondo de la historia cuando apenas está comenzando. Puede resultar frustrante adivinar tan pronto algo que la narración se esfuerza en no revelar explícitamente hasta mucho después, llevando a la conclusión de que se trata de otra película obvia más que no merece mayor atención. Y eso aquí sería un error, porque aunque se hubiera beneficiado de acortar esa brecha revelando antes el secreto o haciendo más sutiles los indicios en el primer acto, saber lo que va a pasar de antemano no le resta valor a la experiencia de ver Al tercer Día. Al Tercer Día crítica al tercer día A grandes rasgos, la descripción de la premisa de la historia suena similar a Ataúd Blanco, también dirigida por Daniel de la Vega (Necrofobia, Punto Muerto) que parece particularmente interesado en madres que escapan de relaciones tortuosas, encuentran la tragedia en la ruta y deben salir al rescate de su hijo o hija, según el caso. Las semejanzas están, pero Al tercer Día muestra una fuerte evolución en la forma de contar y mostrar la historia en vez de quedarse en la repetición; aunque sigue manteniendo algo de ese tono atemporal abstracto que intencionadamente no deja del todo claro dónde y cuándo sucede la historia que se cuenta. Más allá de tener un guion fluido y sólido interpretado por un elenco de caras conocidas hasta en papeles pequeños, es la propuesta estética lo que más destaca en Al tercer Día respecto de lo que suele verse en el cine argentino en general y en el de género en particular. Hace uso de una teatralidad algo exagerada en el juego de luces y sombras o en la elección de los colores sin que eso desentone, porque al estar establecida con coherencia dentro de un relato fantástico con sus propias reglas, nada de todo ello resulta inverosímil o molesto a la mirada; por el contrario, ayuda a construir con gran efectividad los climas que necesita, separando lo ordinario de lo que no lo es. Es justamente porque cuenta con imágenes y porque muestra apenas lo justo que Al tercer Día sostiene de forma continuada la atención, incluso cuando la trama no sorprende. No recurre a personajes diciendo lo que ya se entiende ni a momentos de violencia o de sobresalto efectistas, buscando un equilibrio más cercano al policial de suspenso que al horror directo. Además de porque están bellamente diseñados, ayuda prestar atención a los créditos finales para entender mejor la calidad del producto final. En cada rubro aparecen nombres reconocidos de la industria de cine de género local, aportando su talento para que Al tercer Día sea una película mucho más “en serio” de lo que suelen tomarse esta clase de proyectos, muchas veces por falta de recursos más que de ideas o buena voluntad.
Cecilia (Moro Anghileri) y su hijo emprenden un viaje. Al tercer día, luego de un choque, ella es encontrada deambulando sola, sin recordar lo que pasó durante este tiempo. Cecilia busca a su hijo y que la mete en el medio de una cacería salvaje, llevada a cabo por un fanático religioso (Gerardo Romano), con quien se enfrenta. El cine de terror argentino ya no es novedad, es todo un fenómeno y el realizador Daniel de la Vega tiene en su filmografía varios títulos en el género. Algunos más logrados que otros, pero siempre convencido del material que elige. Al 3er día no es uno de sus mejores films. La trama se adivina sin que esto tenga un beneficio para el espectador y las escenas no consiguen en ningún momento lograr momentos de terror. El elenco tiene algunas actuaciones breves pero buenas como la de Verónica Intile, pero en la mayoría de los casos es justamente la parte actoral la que limita mucho el resultado. Ni la protagonista convence, ni tampoco algunas participaciones como las de los actores veteranos Arturo Bonín y Rodolfo Ranni. No son los únicos rostros conocidos, por cierto. Gerardo Romano, por su parte, no da con un tono correcto en momento alguno y este es uno de sus peores trabajos. Es hora de pensar si sirve hacer un cine de terror local con caras tan conocidas como las que este film tiene. Una nueva generación o rostros menos conocidos podrían aportarle más valor a un género que no necesita famosos para funcionar.
Cecilia, una mujer joven, divorciada y madre de un hijo pequeño, decide emprender un viaje a bordo de su automóvil junto al niño. De pronto un extraño accidente complica el viaje y ella es hallada, al tercer día, desorientada, sola y sin recordar lo que ocurrió durante ese tiempo. Desesperada busca a su hijo y así se ve envuelta en una cacería brutal llevada a cabo por un fanático religioso con quien deberá enfrentarse de las maneras más sanguinarias. Para ella él es un lunático y para ella es el enemigo, y así ambos lucharán para que el pequeño aparezca con vida. Con estos elementos propios del género de terror, el director Daniel de la Vega concibió un thriller que logra su propósito de retratar a esos personajes que atañen al género humano: la pérdida, la búsqueda de alguien amado y, a su vez, el descubrimiento de la propia identidad a través de esa búsqueda. La trama, en la que otros personajes también participan de la necesidad de hallar al niño, termina de develarse en el último acto porque las pistas están diseminadas con inquietantes muestras de suspenso. El realizador, además de saber conducir la historia con indudable calidad, halló a un elenco en el que tanto Moro Anghileri como Gerardo Romano, Osmar Núñez y Osvaldo Santoro supieron retratar con impecables tonos a esos personajes que desfilan entre la muerte y la angustia.
Me perdí en el viaje... Con una larga trayectoria en realización de largometrajes, Daniel De la Vega es un referente del cine de género argentino. Para Al 3er. día se basó en el libro 3 Días, editado por Santa guadaña y escrita por Gonzalo Ventura. La historia comienza cuando Cecilia (Moro Anghileri) y su hijo Martín tienen un accidente en la ruta. Al tercer día ella deambula sola, no hay rastros de su hijo. Sin recordar lo que pasó durante este tiempo, busca desesperadamente a Martín, y encuentra coincidencias entre su historia y casos policiales que parecieran ser el resultado de una cacería brutal. El círculo se va cerrando y Cecilia termina enfrentándose a un fanático religioso (Gerardo Romano), que es el responsable de toda esa masacre. Para ella, él es un lunático. Para él, Cecilia es el enemigo. La historia de Al 3er. día no resulta novedosa porque reúne algunos elementos típicos y comunes del género, pero la virtud está en haberlos combinados de forma en la que no se sabe para qué lado puede dispararse y en reunir a un elenco coral donde cada uno lleva adelante su protagónico de manera perfecta. Entre el terror y el policial, las pistas se van soltando a lo largo de toda la película pero el final se devela recién en el último minuto. Con Al 3er. día su director Daniel De la Vega nos lleva a hacernos preguntas acerca de quiénes somos realmente, las pérdidas, lo que estamos dispuestos a hacer por esa búsqueda, y cómo es posible que el bien y el mal sean parte de una misma moneda. Los villanos no son tan villanos y los héroes no terminan siendo lo que parecen.
Daniel De la Vega, eminente figura del terror en el cine nacional (gracias a films como “Necrofobia” y “Ataúd Blanco”) adapta un guión realizado sobre la novela “Tres Días” de Gonzalo Ventura. Responsable de construir un modelo atípico que represente al cine nacional, el autor apela a un cine fantástico que asume el riesgo de construir su identidad bajo un canon atípico dentro de nuestra industria. “Al Tercer Día” mixtura drama, policial, suspenso y cine de terror y, bajo este arquetipo, revela la trama final de manera inesperada, como soporte de emociones tan perturbadoras. Valoramos la concepción estética de un director que utiliza el género como soporte de ideas, amoldando la forma al contenido, tal y como estiman los preceptos del cine de autor. Comprendiendo el artificio audiovisual como una caja de herramientas que pueda sintetizar, sublimar y transformar cierta cosmovisión personal, profundiza en atmósferas tan etéreas y alucinadas que recuerdan al abordaje de género de íconos hollywoodenses como Brian De Palma. Buscando su eco en un espectador afín a este tipo de universos, cuyo intelecto será puesto a prueba, De la Vega reinterpreta y reescribe la versión literaria con acierto. “Al Tercer Día” reconstruye la realidad y nos habla acerca de la pérdida de la identidad a través de una búsqueda física que se expande hacia múltiples metáforas. Indagando en su habitual imaginario cinéfilo, el autor coloca un relato dentro de otro, superando noblemente el desafío narrativo que se propone.
La nueva propuesta de género de Daniel de la Vega, con Moro Anghileri en el rol central, narra el derrotero de una madre, quien tras un accidente automovilístico intentará conocer el paradero de su pequeño hijo, del que no sabe nada. Oscuras revelaciones y un clima enrarecido atraviesan un relato potente y diferente. CINEAR