Esta semana tenemos un buen thriller que no solo entretiene sino que también cuenta con una historia intrigante. ¿Qué surge si mezclamos el ingenio de “El plan perfecto” de Spike Lee con el aislamiento de “Enlace mortal”, dirigida por Joel Schumacher? La respuesta es: una película como “Al borde del abismo”. El primer largometraje del director Asger Leth conjuga perfectamente el cine meramente comercial con una buena historia que, mediante un gran plan elaborado por sus protagonistas, mantiene en suspenso al espectador hasta el final.
Un hombre se registra en el famoso Hotel Roosevelt de Nueva York, sube al último piso y se para en el borde de la cornisa. Pero esta persona no es un suicida, sino que el hecho de amenazar su propia vida es parte de un plan mayor que está en marcha desde que puso un pie en esa cornisa. Ese hombre es Nick Cassidy (Sam Worthington) y la delicada situación en que se encuentra llama la atención tanto de los transeúntes como de la prensa. Es así que Nick hace su primera demanda: no hablará con nadie que no sea Lydia Mercer (Elizabeth Banks), la negociadora del Departamento de Policía, quien tratará de persuadirlo para que deponga su actitud mientras que tiene una interna con su compañero (Edward Burns).
Todo se pone aún más interesante cuando la Policía averigua que Nick es un ex agente que actualmente se encuentra prófugo. ¿Pero, por qué un fugitivo supuestamente culpable se expone de esa manera? Nadie sabe los motivos ulteriores detrás de su plan, pero Cassidy afirma que es inocente y está dispuesto a demostrarlo. Obviamente que el personaje de Worthington no podrá hacer todo solo, ya que contará con la ayuda de su hermano (Jamie Bell) y la novia de este (Genesis Rodríguez), quienes ejecutarán el plan mientras Nick acapara toda la atención. El relato propone un poco de vértigo con el protagonista parado en la cornisa mientras que los otros personajes le agregan la cuota de suspenso y hasta algo de humor a la historia. De hecho todo lo que pasa en el film podría considerarse un gran truco de magia, donde en una mano hay algo que distrae mientras que en la otra ocurre lo realmente importante.
En cuanto a las interpretaciones, es bueno ver a Sam Worthington haciendo un papel diferente a lo que venía ofreciendo, ya que corría el riesgo de repetirse una y otra vez haciendo el mismo personaje con algunas pequeñas variaciones. Elizabeth Banks es otra que cumple una correcta actuación en el rol de una negociadora atormentada por su pasado, sin embargo, el más interesante de ver es Ed Harris, que interpreta a un millonario absolutamente despreciable que obviamente es el villano del film. En resumen, “Al borde del abismo” es una película que no solo cumple con el fin de entretener sino que también atrapa desde su historia gracias a un buen guión. Una buena opción para ver esta semana, salvo que sufran de vértigo.