El policial dice presente esta semana en las carteleras argentinas con un muy buen representante para el género.
Un hombre se levanta, va tranquilamente hacia un hotel, pide una habitación y un desayuno de reyes. Apenas termina el banquete, escribe una nota y se para en la cornisa del edificio, a más de setenta metros de altura, y la gente comienza a mirarlo ¿Qué busca ese loco?, ¿atención o realmente quiere suicidarse? No, lo que Nick Cassidy (Sam Worthington) busca es justicia.
Es que Nick solía ser un agente ejemplar, hasta que un día se lo acusó injustamente del robo de un valiosísimo diamante, propiedad del magnate David Englander (Ed Harris), un tipo que tiene prácticamente comprada a la policía. Luego de un tiempo de prisión, encuentra la forma de salir en libertad y junto a su hermano y la novia (Jamie Bell y Genesis Rodríguez) idean un plan para probar su inocencia. Pero no estarán solos en esto, ya que lo primero que solicita Nick para no saltar al vacío es la presencia de la negociadora Lydia Mercer (Elizabeth Banks), una mujer que está pasando por un pésimo momento a causa de un suicida al que no pudo rescatar. Ella escuchará a Nick, y le tomará la mano en esta empresa, mientras que la policía busca todas las formas de hacer que salte o, por el contrario, sacarlo de la vista para borrarlo del mapa.
Al borde del abismo es el primer trabajo como director de ficción de Asger Leth, quien empieza con el pie derecho una carrera que promete, y es que la película tiene todo lo que promete: tiene mucho suspenso, tiene acción, muy buenas persecusiones y algo de humor como para descomprimir el asfixiante ambiente de la ley corrupta y la manipulación de medios.
Por momentos, esta cinta nos recuerda a El mediador, aquella película que protagonizaran Samuel L. Jackson y Kevin Spacey a fines de los ’90 que también ponía a un ex agente de policía en la mira por un crimen que no cometió, y a un negociador que se pone de su lado para descubrir el entramado que hay detrás de eso. Pero esta similitud no es del todo mala, y es que no hay demasiadas formas de hacer una película de acción creatíva. Todas tienen algo de otras y está bien que eso pase, por eso Al borde del abismo es una película que, en definitiva, está bien y que dejará satisfechos a todos los que vayan a buscar una hora y media de cine tenso y explosivo.