En el medio de la vorágine de films con nominaciones al Oscar, esta semana se estrenó en Argentina Al borde del abismo, en simultáneo con su estreno mundial. No compite por los premios, pero es ágil y entretenida, así que vale la pena verla. Si me piden un consejo, ésta es una de esas películas que conviene ir a ver sin saber demasiado de antemano, es más, si pueden, eviten el trailer. Y es así porque lo que tiene de bueno es cómo va desarrollando la trama.
El protagonista de la historia (Sam Worthington, protagonista de Avatar) llega a un hotel, toma la habitación que tenía reservada, desayuna, escribe una notita, y se decide a salir a la cornisa, aparentemente para suicidarse. En un flashback sabremos que se trata de Nick Cassidy, un policía que un mes antes estaba cumpliendo una condena de 25 años en una cárcel de alta seguridad por un delito que, por el momento, desconocemos.
La “acción” del film comienza con su fuga, y la visita a ese extraño depósito en el que hay documentos, dinero, y otros elementos útiles para cualquier prófugo de la justicia. Pero no nos adelantemos, porque ni siquiera la policía (en la ficción) sabe tanto a esta altura.
Desde la cornisa, Cassidy moviliza a toda la ciudad, policía, periodistas, y, claro, los ciudadanos. Para sorpresa de todos, exige a una negociadora en particular, la conflictuada Lydia Mercer (Elizabeth Banks). Ella será quien comience a sospechar que, detrás de este supuesto intento de suicidio, hay algo más. Como decía al principio, lo que más se disfruta de esta película es cómo está narrada la historia. Ya que poco sabemos, todo lo que va surgiendo sorprende, y es presentado con un ritmo que no decae. Si bien no hay actuaciones para destacar, ya que no es el tipo de film que se centre en ello, en general todos están bien en sus personajes, en particular la pareja de Joey, el hermano de Nick (interpretado por Jamie Bell, el actor de Billy Elliot), y su novia latina (Genesis Rodriguez). Quienes están un poco desperdiciados ya que sus papeles son menores son Ed Harris, llamativamente rígido y deslucido, y Kyra Sedgwick, que tanto se destaca en la serie The closer, y aquí hace de una reportera casi de relleno.
El director danés Asper Leth debuta en ficción (su obra anterior es un documental), y logra manejar la acción principal centrada en esa cornisa, y lo que sucede muy cerca, en paralelo, de forma correcta. El guión da un par de momentos de respiro a la tensión generada con pequeñas dosis de humor, algunas a cargo de Joey, y otras que surgen de las reacciones de la gente que espera que el hombre salte, incluyendo chicas con carteles de leyendas del tipo “¿sos soltero?”, o “caé en mis brazos”.
"Al borde del abismo" no es un film de antología, ni pretende serlo, pero divierte, sorprende, y mantiene el ritmo, con giros en el guión que van haciendo que algo que parecía que iba a salir de una manera, se desarrolle de otra. Y hacen que la película funcione.