Antonio Zuleta es un personaje singular, tiene casi 70 años, vive en Cachi, Salta, junto a sus pequeños hijos, y su gran pasatiempo es el detectar, observar y filmar objetos voladores que aparecen y desaparecen tras los cerros cercanos a su casa. Él cree, y también tiene la necesidad de creer en lo que ve.
El director de esta película, Daniel Rosenfeld, sigue a esta persona en un recorrido acompañado por su hijo José, al que intenta transmitirle el legado de la pasión por investigar a los ovnis, y el chico se lo toma muy en serio.
El protagonista es filmado, y a su vez él también filma con su propia cámara a personas que vieron lo mismo que él y les brindan sus testimonios coincidentes entre sí.
Por lo que vemos el territorio dónde está ubicado ese pueblo es un lugar propicio para que se produzcan esas extrañas apariciones, y que no todos los vecinos tienen la capacidad de percibirlas.
Antonio tiene un archivo fílmico de estos casos y decide ir hacia Buenos Aires, junto a sus hijos, para mostrárselo a Fabio Zerpa y pedirle su opinión.
El realizador decidió que no sea un mero documental sino más bien, digamos, una ficción documentalizada, porque el salteño “actúa” su propia vida y traslada su vocación a la pantalla grande, sin amilanase frente al desafío.
Alterna momentos interesantes, con otros no tanto, donde las imágenes y el ritmo utilizado son acordes al lugar y la personalidad de los habitantes cordilleranos. Lento y cansino, porque allí el tiempo no se pierde como en las grandes ciudades sino que transcurre a otra velocidad, y no se lo intenta correr para alcanzarlo, solamente se lo sigue.
En la parte final la utilización en exceso de planos generales largos para poder mirar con detenimiento la inmensidad del territorio deshabitado, y allí, a lo lejos, ver al protagonista acompañado por un amigo mientras caminan bajo un sol abrasador. Es atractivo para apreciar, pero ralenta demasiado el relato.
El film no dilucida nada, si realmente hay ovnis o no en esa zona, simplemente transmite la avidez que tiene una persona común y corriente, para aportar su tiempo, el conocimiento adquirido y recursos económicos, en investigar si hay aproximaciones de extraterrestres a nuestro planeta.