Sin presentar un planteo muy original la ópera prima como realizadora de Nia Vardalos, actriz, cantante y guionista canadiense, tiene un punto de partida interesante respecto a una particular visión del amor y las relaciones románticas. La protagonista adora el romance, pero generó un escudo de defensa merced a las experiencias de su madre y a las desafortunadas vivencias propias en la materia También le encanta la celebración del Día de San Valentín, aunque sólo la valora –incluso la promueve- por razones eminentemente lucrativas en su condición de propietaria de una florería. A raíz de esas premisas ejecuta una teoría que le ha dado buen resultado desde que la puso en práctica, sustentada en que el vinculo sentimental con un hombre para resultar feliz se limita a cinco encuentros, considerando que a partir del sexto la relación se debilita y se desvanece, razón por la cual nunca ha llegado al sexto día. Sobre esa premisas su vida amorosa se desarrollo sin contratiempos afirmándola en la teoría que sustenta...hasta que en su vida se cruza Greg ...las reglas del juego comienza a cambiar y su teoría a debilitarse sensiblemente.
Lamentablemente la historia carece de ingenio, con desarrollo en un guión que se limita al tratamiento rutinario, respondiendo al entramado tradicional de las comedias producidas por la cinematografía estadounidense en las últimas décadas. La realización denota que Nia Vardalos es buena actriz (la recordamos por “Mi gran casamiento griego”, 2002), pero tendrá que replantear sus aspiraciones como directora, que como tal contó con elenco interesante y apropiados equipos técnico.