Al filo de la oscuridad

Crítica de Martín Morales - Cine y Movies

BUSCANDO UNA VERDAD

Pese a que la temática general que invade el guión de esta película no sea del todo original: la venganza de un policía tras la muerte de su hija, la misma logra destacarse por su intrincado desarrollo, sus muy bien dirigidas escenas de suspenso y las vueltas de tuerca, aunque no son sorprendentes, que simplifican el trabajo del espectador al tratar de entender la historia.
Thomas Craven es un policía que vive solo y que repentinamente debe lidiar con la visita de su hija. Ella, con vómitos, dolores corporales y actitudes sospechosas, va a ser el centro de la mira de un grupo de personas que deciden terminar con su vida y principalmente va a ser dueña de una realidad que nunca pudo revelar personalmente. Es el padre quien ahora decide investigar su muerte y tratar de reconstruir los últimos días en la vida de Emma.
Teniendo como fuente primaria el género policial y entrando en muchas oportunidades a las bases de dicha temática, esta es una historia complicada de entender desde un principio. Las pistas y las explicaciones se conectan de una manera muy extraña, no se dan explicaciones arduas sobre lo que está sucediendo y no se introducen profundamente diferentes personajes secundarios importantes en el caso. Pero ese es el objetivo de esta cinta, ya que todo lo planteado en la narración tiene sentido y una solución fundamentada casi terminada la proyección. Todos los nudos se desatan y todo lo antes no explicado posee una justificación, y es allí donde esta película triunfa.
Se homogeiniza muy correctamente el drama familiar y los sentimientos del protagonistas con el caso policial, los pasos que va dando Thomas son coherentes y en muchas oportunidades se crea un suspenso muy bien logrado que ayuda a que se vayan planteando los principales sospechosos y desenmascarando otros.
Las actuaciones son correctas y sin tener un destaque prominente ni meritorio, cada una de ellas satisface las necesidades del guión. Mel Gibson está muy correcto, deja de lado sus desbordes actorales y se compenetra, en muchas oportunidades, en la piel del padre dolido. Ray Winstone es quien más se destaca dentro del elenco, en un papel complicado y muy misterioso, pero que presenta los mejores diálogos del guión y es quien en todo momento genera en el espectador una desconfianza muy bien lograda. Danny Huston, en el papel de Bennett, sobreactuado y poco creíble, al igual que Shawn Roberts, el novio de Emma.
Si bien hay tomas dudosas, alucinaciones por parte de Thomas poco emocionantes y algo fuera de lugar con respecto al género policial, personajes innecesarios y escenas algo largas, hay diferentes situaciones que valen la pena ser destacadas por la manera en la que fueron encaminadas.
Primero que nada la muerte de Emma y el misterio por lo que ella le estaba por decir a su padre justo antes de morir (los primeros 5 minutos de la cinta), mantiene el suspenso en todo el transcurso de la narración, hasta obviamente el momento en el que todo se resuelve. Algunos flashbacks y sueños ayudan a que dicho efecto cobre importancia.
Y segundo, diferentes escenas que remiten a los clásicos italianos del género, tal como las persecuciones y los discursos en ronda (final), que le dan un toque de seriedad y credibilidad impecable al film.
Esta película tiene errores, incoherencias y lamentablemente no se aleja de muchas otras películas del género, pero entretiene y mantiene al espectador atento al tratar de deducir qué está sucediendo en pantalla. Un correcto film de suspenso, una propuesta para debatir y por sobretodo deducir integramente.

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