Otros días para morir
Tom Cruise vuelve a incursionar en ciencia ficción con esta historia –de estructura similar a El día de la marmota– en la que la raza humana es amenazada por una invasión alienígena.
Qué Tom Cruise ha construido la más sólida de las carreras cinematográficas actuales no es un misterio. Tampoco es un secreto que lo haya hecho por su talento personal, pero también por su habilidad de elegir bien con quién trabaja. En esta ocasión el director es Doug Liman, el mismo que inauguró la saga de Jason Bourne en Identidad desconocida. El guionista es Christopher McQuarrie, ganador del Oscar por Los sospechosos de siempre y autor y director del gran film protagonizado por Tom Cruise Jack Reacher. Al filo del mañana es una nueva incursión de Cruise en la ciencia ficción.
La película, llena de escenas de acción, está ambientada en una guerra en Europa contra una invasión alienígena. William Cage (Cruise) es lo más alejado a un héroe al comienzo de la historia, jamás ha estado en batalla y de pronto se encuentra –muy a su pesar– en el frente mismo. Pero en la primera batalla descubre que el futuro le tenía guardada una sorpresa. Muere y al instante vuelve al día anterior. Esto ocurre un número impreciso de días, tal vez cientos, tal vez miles, en los que él irá aprendiendo cómo resolver las claves que le permitirán ganar la batalla.
Su compañera de aventuras es Rita Vrataski (Emily Blunt) la más famosa guerrera del ejército que lucha contra los aliens. Esto es sólo el comienzo del film, posiblemente uno de los más entretenidos que veamos este año.
Todo esto contado con un gran sentido del humor, con un montaje brillante tanto en su ritmo como en sus cientos de elipsis de gran efectividad. Un plano define un día entero, una imagen muestra el fracaso en cada intento.
En una estructura que recordará a Hechizo del tiempo, también conocida como El día de la marmota (Groundhog Day) y a Cuestión de tiempo (About Time), la película muestra un proceso de aprendizaje, de maduración. Elogio del profesionalismo, la tenacidad y al heroísmo, la película sorprende de punta a punta sin detenerse jamás en detalles irrelevantes. Elige el sobre entendido al subrayado y apela con mucha sutileza a las situaciones de angustia y dolor que subyacen en toda la trama.
Se trata de una narración perfecta y contundente, como se supone debería ser el cine llamado de entretenimiento, como suelen ser las buenas películas. Tom Cruise sabe lo que hace y lo demuestra una vez más.