Joaquin es un hombre que está en silla de ruedas. Su casa, que conoció tiempos mejores, ahora es lúgubre y oscura. Berta, bailarina de striptease y su hija Betty llaman un día a su puerta respondiendo a un anuncio que puso Joaquín para alquilar una habitación. Su presencia alegra la casa y anima la vida de Joaquín. Una noche trabajando en su sótano, donde repara computadoras, Joaquin escucha un ruido casi imperceptible. Pone la oreja contra la pared y se da cuenta que un grupo de ladrones, liderado por Galereto está construyendo un túnel que pasa bajo su casa para robar un banco cercano. Joaquin vigila a los ladrones, toma notas, y logra conocer al detalle el plan del robo. Así comienza a ejecutar un plan contrareloj que le permitirá frustrar los propósitos de Galereto y su banda.