Aladdín

Crítica de Melody San Luis - Fancinema

UN MUNDO IDEAL NO ES SINÓNIMO DE BUENA PELÍCULA

Ver remakes está siendo bastante habitual en 2019. Es por eso que podemos pensar en algunas lógicas erradas que se toman a la hora de realizar esta vuelta al clásico. Una de ellas es, sin dudas, no generar grandes cambios en la historia. Este es el caso de Aladdín. Aunque sin dudas, Disney tiene dos cosas muy en claro: que los tiempos han cambiado y, en consonancia, los discursos también, y cómo hacer imponentes shows musicales.

El film mantiene una estructura narrativa muy parecida a la versión de 1992. Aladdín es un joven huérfano que ha aprendido habilidades y destrezas para el robo, para poder sobrevivir ante la pobreza. En una de las escapadas a escondidas que hace la princesa Jasmín al pueblo, ellos se conocen y tienen un enamoramiento casi inmediato. Paralelo a la historia de amor, Jafar, el consejero del sultán, planea obtener una lámpara mágica que le permita un poder absoluto. Pero para esto se necesita de una persona de mucha astucia, ya varios han muerto en el intento. El camino a la lámpara está lleno de pruebas. Observando las habilidades de Aladdin, Jafar decide convocarlo a pasar la prueba, ofreciéndole cierta recompensa. Tras obtener el objeto mágico y darse cuenta del engaño de este hombre de la realeza, el joven toma para sí los deseos.

Junto con el deseo de Aladdín, de ser un príncipe, aparece la reflexión de la importancia de las personas más allá de lo que tienen. El personaje empieza a perderse a él mismo cuando cambia de vestuario y de título. Pero como toda adecuación a la actualidad, no podría quedarse al margen de todas las críticas que ha recibido Disney por el lugar en el que siempre ha quedado la mujer. Es por eso que el protagónico es compartido con Jasmin. Ella ya no será la princesa que espera ser salvada, sino que peleará por tener un lugar en la historia. La princesa mucho más empoderada, ya no está relegada a acompañar las hazañas de los hombres, ella decide cambiar el rumbo de la historia siendo la primera sultana.

Uno de los puntos fuertes de la película son algunos de los musicales en donde se pone en juego un gran despliegue tanto en vestuarios como en cantidad de gente bailando. Es indudable que el lugar, con referencias al mundo árabe, tiene grandes virtudes para mostrar un escenario peculiar y colorido. Pero a su vez, más allá de la belleza que sabe trabajar esta compañía, tienen buenos momentos de humor a través del baile. Para esto, el personaje de Will Smith es quien se lleva los mejores momentos, dándole un toque personal a su personaje.

Es una realidad que el hecho de tener una línea bastante marcada de lo que va a suceder, por mantener una historia muy similar a la anterior, rompe el encanto en lo que tendrían que ser nudos de tensión. La canción que marcó una época con Un mundo ideal pasa un tanto desapercibida, por no haber un gran impacto en cuanto a los vínculos.