De la mano de la directora Anahí Berneri, Sofía Gala encarna a una joven prostituta y madre que sobrevive, entre como puede y como quiere, después de un desalojo que la deja en la calle. Con la naturalidad acostumbrada, aunque en uno de esos papeles que parecen hechos para ella, a su medida, Gala saca provecho de la indolencia de su personaje. Eso lo aleja del patetismo y la condescendencia. Y hace de Alanis un film tan interesante y vigoroso, hasta su estupenda secuencia final.